Gonzalo Juanes es uno de los mayores exponentes de la fotografía de este país. Coetáneo de los autores del grupo Afal, supo tomar otro camino y fue uno de los primeros en incorporar el color en su fotografía. Este autor supo importar la modernidad de William Klein o Irving Penn y la mirada de Robert Frank a la España de Franco, supo impregnar su obra con un aire de libertad ausente en su época. Este lunes, el Centro Andaluz de la Fotografía abre al público una doble muestra de Juanes, ‘Gente’, con 16 imágenes; y ‘Punto final’.
En ‘Gente’ se podrá ver una visión del devenir cotidiano de las personas con una maestría de claroscuro particularmente definidora, mientras que ‘Punto final’ es una acertada nomenclatura para mostrar el devenir del tiempo sobre los objetos o las personas.
Las dos series, realizadas en blanco y negro, estarán instaladas en la sala de la planta baja del CAF, del 22 de abril al 30 de junio de 2013.
uanes es uno de esos fotógrafos españoles que comenzaron a importar la modernidad de William Klein o Irving Penn y la mirada de Robert Frank a la España de Franco. La inquietud de su mirada le llevo a fijarse en las personas y en los objetos con una perspectiva diferente. Los ojos de Masats, Maspons, Pérez Siquier, Gómez, Ontañón y todo ese elenco de fotógrafos que copan la historia de la fotografía española miraban de otro modo, incorporando la fotografía a una de esas otras maneras de mostrarse y sentirse libres. Y tan libre quiso llegar a mostrarse Juanes que fue el primero de ese elenco que trajo el color a la fotografía española, y no solo como libertad entendida de manera lírica, sino también porque el Kodachrome le permitió olvidarse del laboratorio, un espacio que no amaba.
Esa mirada es la que observamos en esta pequeña muestra del trabajo de Juanes, una mirada desde lo sensitivo para provocar en el espectador una reacción, la misma que le provocó determinado objeto al fotógrafo antes de realizar la foto.
Francisco Carantoña lo describe muy bien: “Gonzalo Juanes está al cabo de la calle desde el principio. Puesto a elegir prefiere como estímulo el fluir de lo cotidiano, sin acritudes ni contrastes violentos. Lo que quiere retener es la luz matizada y envolvente del atardecer en un suburbio o el patetismo de un objeto destruido que proclama la universalidad de la degradación de lo orgánico.”
Sus contactos con el Grupo AFAL fueron esporádicos, aunque regulares en un tiempo, y dieron cierta presencia a este autor en los años 50-60, pero su carácter de persona que ama la fotografía intimista y como disfrute de sí mismo han hecho que su conocimiento en los amplios círculos del arte fotográfico sea menor.
