Un equipo de investigación del Laboratorio de Sexismo, Mitos y Violencia de Género (SEMIVIO) del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada (UGR) ha llevado a cabo un estudio con el objetivo de explorar los mitos sobre la ciberviolencia sexual contra las mujeres. En concreto, se han analizado un total de 4.048 reacciones sociales a 18 incidentes distintos de ciberviolencia sexual denunciados en la red social X, antigua Twitter. Los resultados de este trabajo, publicados en la revista Journal of Interpersonal Violence, revelan que el 67.28% de las reacciones a estos incidentes eran de rechazo y desaprobación a las víctimas y sus denuncias.
En concreto, estas reacciones justificaban la ciberviolencia sexual contra las mujeres a través de mitos que implican minimización de los incidentes y sus consecuencias, culpabilización de la víctima, exoneración del perpetrador y culpabilización de las plataformas digitales.
Los hallazgos de esta investigación ponen de manifiesto que la mayoría de las respuestas o reacciones hacia las mujeres que denuncian incidentes en esta plataforma son de minimización y negación de la ciberviolencia sexual. Aunque las actitudes de minimización y negación se han estudiado mayoritariamente en el contexto de la violencia sexual offline, los resultados encontrados en esta investigación resaltan cómo estas creencias son particularmente prevalentes en casos de violencia en entornos online.
Las consecuencias de la violencia sexual dirigida contra las mujeres en el mundo online se perciben como insignificantes en comparación con los incidentes que ocurren en el mundo offline, según este trabajo. Así, en comparación con otros temas, las reacciones más frecuentemente observadas buscan desacreditar las experiencias de ciberviolencia sexual considerándolas irrelevantes frente a las agresiones sexuales offline o afirmando que las víctimas deberían tomar medidas y utilizar estrategias (por ejemplo, bloquear usuarios, borrar fotos o comentarios) para evitar estos comportamientos.
“En consecuencia, estas actitudes podrían incitar a las víctimas a guardar silencio y a consentir tales comportamientos, pero también a los observadores a que muestren reticencia a intervenir y ayudar a las víctimas de ciberviolencia sexual”, detalla Rocío Vizcaíno Cuenca, investigadora principal de este estudio perteneciente al Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento de la UGR. Vizcaíno-Cuenca trabaja en este proyecto junto a la profesora de la UGR Mónica Romero Sánchez y el profesor de la UGR Hugo Carretero Dios.
Las estimaciones globales indican que el 85% de las mujeres han experimentado alguna forma de ciberviolencia sexual, según Economic Intelligence Unit. Sin embargo, los informes señalan que muy pocas mujeres llegan a denunciar esta problemática, e incluso la normalizan. En esta línea, la presente investigación subraya que la ciberviolencia sexual puede ser percibida como insignificante en comparación con la violencia sexual en entornos offline, y detalla las creencias que responsabilizan tanto a las víctimas como a factores contextuales (por ejemplo, las redes sociales o videojuegos) de su ocurrencia, exonerando de esta manera al perpetrador.
Los resultados del estudio reflejan cómo las redes sociales pueden ser un medio tanto para perpetrar nuevas formas de agresión sexual como para denunciar la desventaja y violencia que sufren las mujeres. El equipo de investigación de la UGR enfatiza en la importancia de estos hallazgos para mejorar la comprensión de las denuncias de ciberviolencia sexual y aumentar el conocimiento sobre la cultura de la ciberviolación. Además, subraya que, a través de plataformas digitales, esta información podría utilizarse para desarrollar campañas de sensibilización y servicios de apoyo para las víctimas.
Actualmente, desde el laboratorio SEMIVIO de la Universidad de Granada se está trabajando en la construcción de un instrumento que permita evaluar la aceptación de los mitos sobre la ciberviolencia sexual contra las mujeres. Los primeros resultados muestran que, en estudios realizados con participantes procedentes de España y Estados Unidos, la aceptación de estas creencias predice la culpabilización a víctimas de ciberviolencia sexual en mayor medida que la adhesión a otras creencias sexistas y mitos offline de violencia contra la mujer. Con todo, estos resultados destacan la relevancia de intervenir y trabajar directamente sobre estas creencias.