La obra cuenta como Allan, es un crítico de cine que mantiene conversaciones imaginarias con Humphrey Bogart. Cuando su esposa le abandona, sus amigos Frank y Linda tratan de ayudarle a encontrar pareja, con resultados desastrosos. Un Bogart que, por cierto, se alegra mucho de no ser más que un espectro ya que ellos pueden permitirse la licencia de fumar a sus anchas en cualquier lugar y manteniéndose así “fuera de la ley”. Poco a poco se descubre que Linda es realmente la única persona que puede entenderse con el neurótico Allan, solo que es la mujer de su mejor amigo.
Tócala otra vez, Sam es una adaptación realizada por la británica Tamzin Townsend del guión de Woody Allen, creando una comedia urbana, cotidiana y cercana, tremendamente atractiva sobre dos personas que se quieren pero que no lo saben, y constituye una mezcla del mundo del cine y del teatro.
Tócala otra vez, Sam constituyó el primer gran éxito de Woody Allen. Fue aplaudida por la crítica especializada y por el público de los Estados Unidos y calificada como una deliciosa comedia. Para muchos especialistas, marca el punto de perfección de cómo debe ser la comedia.
El título hace referencia a una supuesta frase que equivocadamente se atribuye a los diálogos de la mítica película Casablanca y que, dicha como tal, realmente pertenece a film Una noche en Casablanca, de los Hermanos Marx. La obra contiene una sucesión de ingeniosos gags al más puro estilo del genial autor y cineasta norteamericano que no deja, como es habitual en él, nada sin resolver.
Tócala otra vez, Sam fue llevada al cine y protagonizada por Diane Keaton y el propio Allen. El amor y el desamor visto por el más divertido de los perdedores. Woody Allen en estado puro.