Cerca del 20 por ciento de las mujeres que acaban de dar a luz caen en una depresión posparto. Este problema emocional ha sido asociado tradicionalmente al desajuste hormonal, fruto del todo proceso de embarazo y alumbramiento, sin embargo, no es del todo así. Hay otros muchos elementos implicados y el seguimiento de la dieta mediterránea podría ayudar a prevenir este tipo de depresión.
En el desarrollo de la depresión posparto intervienen factores externos a las propias hormonas, como que la mujer haya vivido una situación traumática durante el parto, por lo que se conoce como violencia obstétrica; la propia situación personal de la mujer; así como el proceso de embarazo en sí, que origina una situación de estrés que en ocasiones desencadena este tipo de trastorno depresivo. A todos estos factores, especialistas le suman la dieta, como un elemento también a tener en cuenta a la hora de determinar el origen de una depresión posparto.
Un equipo de investigación multidisciplinar integrado por matronas, nutricionistas, tecnólogos de los alimentos y psicólogos, liderados por el catedrático del Departamento de Enfermería de la Universidad de Jaén (UJA), Juan Miguel Martínez Galiano, acaban de iniciar un proyecto pionero, con el que pretenden averiguar la incidencia de la alimentación en el desarrollo de este tipo de depresiones y si la dieta mediterránea actúa como factor de prevención de la depresión posparto.
El estudio, cuyas entrevistas se iniciaron el pasado enero, se desarrolla en hospitales de Granada, Almería y Jaén, y en él participan un total de 1.120 mujeres, a través de una batería de preguntas basada en los cuestionarios que se emplean en el estudio Predimed, una referencia para conocer los beneficios para la salud de la dieta mediterránea.
Por qué la dieta puede ayudar a prevenir la depresión posparto
Como ha comprobado en estudios previos de Juan Miguel Martínez Galiano, la dieta puede ayudar a prevenir la depresión posparto porque el consumo de determinados alimentos se asociaba a una reducción del riesgo de que los recién nacidos fueran pequeños para su edad gestacional, y todas las consecuencias que eso conlleva, ya que influye en la salud física, psicológica e incluso social del niño a corto, medio y largo plazo.
Juan Miguel Martínez Galiano explica que la hipótesis de partida en este proyecto, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, se asienta en que la adherencia a una alimentación más saludable, como la de la dieta mediterránea, actuará como elemento de protección y prevención ante una depresión posparto.
«Teniendo en cuenta que ya habíamos detectado que la dieta mediterránea tenía influencia en el embarazo, parto y puerperio, más un estudio que decía que la dieta mediterránea se asociaba a un menor riesgo de depresión, nos planteamos si el consumo de estos alimentos podría reducir el riesgo de padecer depresión posparto», explica Martínez Galiano.
En la literatura científica hay una línea creciente que identifica varias vías por las que la alimentación influye en la salud mental. La dieta influye en la salud mental a través de la «modulación de las vías involucradas en los procesos inflamatorios, que son importantes en el desarrollo de enfermedades mentales; también en el estrés oxidativo; en la epigenética; la función mitocondrial; y la microbiota». Sin embargo, los investigadores no tienen del todo claro si la influencia se realiza a través de una vía concreta o se trata de un efecto fruto de la combinación de todas ellas.
Qué factores influyen en la aparición de una depresión posparto
En la aparición de una depresión posparto influyen factores diversos aparte de la dieta, como la situación personal, el proceso de embarazo y también la violencia obstétrica que sufre la mujer durante el parto. Aunque no hay una definición consensuada de qué es exactamente esa violencia obstétrica, en la comunidad médica se sostiene que predisponen a que la mujer entre en una depresión posparto, en la medida en que el proceso se convierte en una situación traumática.
En el estudio que se acaba de iniciar en hospitales de Andalucía Oriental, el grupo de investigación liderado por Juan Miguel Martínez Galiano trata de recoger todos los datos posibles, para reducir el riesgo de confusión y conocer concretamente el papel de la alimentación en el desarrollo de una depresión posparto.
En la investigación se tiene en cuenta también el cambio en la definición del concepto de depresión posparto. Antes, se entendía como los episodios que se daban tras el alumbramiento, «pero el concepto ha cambiado y ahora se entiende como aquel episodio que se produce durante el embarazo o en las cuatro semanas posteriores al parto. Por eso también se habla de depresión perinatal», puntualiza el investigador de la UJA. En este sentido, Martínez Galiano remarca la necesidad de diferenciar los momentos de tristeza puntual de una depresión, ya que para hablar de una depresión posparto o perinatal se tienen que haber registrado episodios depresivos a diario y al menos durante dos semanas.
Cómo se va a realizar el estudio sobre la depresión posparto
El estudio sobre la relación entre la dieta mediterránea y la depresión posparto trata de ser lo menos invasivo posible, ya que estas mujeres se encuentran en un momento de gran sensibilidad y están saturadas con todas las pruebas médicas que hay en torno al parto. Por eso se va a prescindir de análisis de sangre o de heces, que si bien aportarían una información valiosa, añadirían un grado de estrés más a las mujeres.
La toma de datos se está realizando a través de un cuestionario sobre el consumo de alimentos. «La mujer va a dar información a su matrona del consumo de alimentos llevado a cabo durante su embarazo, y vamos a cruzar esos datos con el historial clínico de la mujer durante el periodo de gestación».
Toda esta información servirá para cubrir una laguna en los estudios perinatales. Y también valdrá para validar la hipótesis de partida de esta investigación, y comprobar si efectivamente, tal y como creen los responsables de este estudio, la adherencia a la dieta mediterránea actúa como un elemento que reduce el riesgo de desarrollar un depresión posparto y contribuye a la mejora de todo el proceso perinatal.