El X Ciclo de Música Sacra celebró una de sus grandes citas el pasado viernes, en la Catedral, donde el público almeriense disfrutó con el concierto ofrecido por la Orquesta y el Coro de la OCAL. Durante algo más de una hora, los asistentes pudieron escuchar las piezas que componen el Concierto de Brandemburgo número 4 de J. Sebastian Bach y el ‘Réquiem de John Rutter’. Una obra que los músicos de la OCAL tocaron con gran maestría, llenado de melodía y notas de elegante música sacra, desde el coro catedralicio hasta el último rincón del templo.
Los movimientos interpretados dentro del ‘Réquiem de John Rutter’ fueron el Requiem Aeternam, seguido de Out of the deep, Pie Jesu, Sanctus, Agnus Dei, The Lord is my Shepherd y Lux aeterna.
Un obra que lució más brillante que nunca ya no sólo por la pericia de los músicos, sino por el escenario en el que fue interpretado que contaba con una acústica excelente y una iluminación que permitía que el concierto se pudiera disfrutar desde distintos lugares dentro de la Catedral.
Por su parte, dentro del Concierto de Brandemburgo número 4 de Bach, la OCAL interpretó sus movimientos Allegro, Andante y Presto.
Para su interpretación, la dinámica del concierto se dividió entre el concierto grosso y el concierto para solista. El violín solista lo interpretó el propio director de la OCAL, Michael Thomas, rompiendo así la dinámica a la que nos tenía acostumbrados el director inglés dirigiendo a la sinfónica almeriense. Las flautas de pico, vinieron directamente desde Sevilla. Vicente Parrila y Judith Milena fueron los encargados de interpretar las melodías para flauta del Concierto. Junto a ellos, también brillaron con luz propia en la noche del sábado en la Catedral, María Jesús García, solista y soprano y de Paloma García, solista de chelo.
Una actuación que el director de la OCAL afrontaba con gran ilusión, ya que tanto para él, como para el resto de los músicos y miembros del Coro, era todo un orgullo poder volver a tocar dentro de la Catedral. Así, como avanzaba antes del concierto, los almerienses que asistieran a esta cita, tendrían la oportunidad de conocer “con John Rutter, una música muy contemporánea, muy lírica, dulce y preciosa que los encandilará. Y con el Concierto de Brandemburgo conocerán el Barroco y su música con mucha intensidad”.
El Concierto de Brandemburgo de Bach, está considerado como la obra culmen de la música barroca. Bach fue organista, clavecinista y compositor, miembro de una de las familias más importantes a nivel musical de la historia de su época. Entre las obras más importantes y trascendentales que compuso destacan los conciertos de Brandemburgo (BWV 1046-1051). Se trata de seis conciertos que Bach presentó en 1971 a C. Ludwig Margrave de Brandemburgo.
Los conciertos de Brandemburgo siguen el patrón del concierto grosso barroco en el que establece un diálogo entre un grupo de instrumentos solistas, acompañado por el bajo continuo y la orquesta. El concierto número 4 está escrito para dos flautas de pico y violín solista, acompañados por la orquesta, que, en este caso, será tan sólo cuerda compuesta por una decena de músicos: seis violines, dos violas, dos chelos y un contrabajo.