Almería inauguró ayer oficialmente su ‘Camino Mozárabe de Santiago’, con una nutrida expedición, de casi 80 personas, que no solo procedían de la provincia sino que contaba también con peregrinos que llegaban desde otras, que deseaban participar en esta interesante iniciativa. La actividad la ha organizado el Área de Turismo del Ayuntamiento almeriense, con la dirección de la ‘Asociación de Amigos del Camino de Santiago. Almería Jacobea’. En la señalización del Camino ha participado el Ministerio de Agricultura, a través de la ADR.
La ruta contó con 22 kilómetros y llevaba a los peregrinos hasta Rioja, a través de diversos caminos tradicionales de varios municipios de la provincia. La expedición estaba guiada por el historiador Agustín Sánchez Hita, quien ofreció a los participantes una primera explicación en el inicio de la marcha, en la puerta de la Catedral almeriense, con una pequeña historia de la misma y de la señalización y configuración del camino. Ha especificado que este tramo aún es provisional, puesto que van a realizarse algunas mejoras, y hablado sobre las variaciones ya realizadas, “por motivos de seguridad”.
La expedición comenzó su marcha en la Plaza de la Catedral y se ha desplazado por varias calles del casco antiguo de la ciudad, como Lope de Vega y la de Las Tiendas, para llegar a un iglesia que tiene un significado especial para esta actividad, la de Santiago. La organización llegó a un acuerdo con el párroco para que los peregrinos pudieran visitarla, en la que ha sido su primera parada de la mañana.
Los caminantes prosiguieron después su ruta a través de la Puerta de Purchena para detenerse en otro simbólico templo, el de San Sebastián, y continuar seguidamente por Rambla Amatisteros, calle Granada, Carretera de Ronda y Rambla Iniesta, para alcanzar el estadio Juan Rojas y, desde ahí, marchar a Huércal de Almería.
Los peregrinos recorrieron el municipio por un camino que lo atraviesa paralelamente a las vías de ferrocarril y por un Camino Real que los ha llevado directamente hacia Pechina, siguiendo la ribera del río Andarax.
Los participantes dejaron atrás Pechina y, a través de la misma ruta, alcanzaron Rioja, su meta, en la que se les ha ofreció un cálido recibimiento y tomaron su almuerzo, en el avituallamiento fijado para esta actividad. La organización les ha facilitó dos bocadillos para que pudieran recobrar energías, en una bolsa de picnic incluida en la tasa de inscripción, que era de cinco euros.