La noche del 11 al 12 de diciembre de 2023, en torno a las 2:15 de la madrugada, el asteroide Leona pasará por delante de la estrella gigante Betelgeuse, un evento muy poco frecuente conocido como ocultación estelar. Investigadores de la Universidad de Alicante (UA) estudiarán este fenómeno durante el que se verá desaparecer a Betelgeuse por unos segundos.
Betelgeuse es una de las estrellas más populares entre el público general. Sus propiedades extremas y sus continuas variaciones de brillo despiertan gran interés. Recientemente, una fuerte disminución de brillo hizo pensar a algunos astrónomos que se avecinaba su explosión como supernova. Sin embargo, el fenómeno fue explicado como la eyección de una nube de polvo que oscureció la superficie. «Las supergigantes rojas se caracterizan por la presencia de enormes celdas convectivas que cubren una fracción importante de su superficie y permiten la circulación de material entre el interior de la estrella, tremendamente caliente, y su atmósfera exterior, mucho más fría. La física de estos movimientos no se comprende muy bien todavía», señala el catedrático y miembro del grupo de Astrofísica Estelar de la UA, Ignacio Negueruela.
El asteroide Leona, que tiene un diámetro aproximado de unos 65 kilómetros, pasará por delante de Betelgeuse y bloqueará su luz aproximadamente durante diez segundos, dependiendo del lugar de observación. «Alicante estará justo en el centro de la sombra de la ocultación de Betelgeuse por el asteroide Leona y, según los mapas meteorológicos nocturnos, es la mejor zona para observar este evento desde zonas oscuras», detalla el catedrático y miembro del grupo de Astronomía y Astrofísica de la UA, Adriano Campo Bagatin. Este extraño evento ofrece la posibilidad para estudiar las características inéditas de Betelgeuse y recopilar datos del asteroide Leona. «Se trata de una única oportunidad para analizar la distribución del brillo de la fotosfera de Betelgeuse con gran resolución angular por medio de la observación de las curvas de luz desde distintos puntos de la superficie terrestre y a distintas longitudes de onda», añade el investigador.
Qué son estas “supergigantes rojas”
Las supergigantes rojas son las estrellas más grandes que existen. Corresponden a la fase final de la vida de las estrellas mucho más masivas que el Sol. Estos objetos son muy calientes y luminosos cuando son jóvenes. «Sin embargo, cuando envejecen, debido a procesos internos crecen hasta alcanzar tamaños descomunales, por lo que se vuelven mucho más frías, de manera que aparecen rojas a nuestros ojos», explica el experto en estrellas gigantes Ignacio Negueruela. Las supergigantes rojas tienen radios típicos del orden de 500 veces el del Sol, lo que quiere decir que «si estuvieran en el lugar de nuestra estrella, sus atmósferas alcanzarían el cinturón principal de asteroides más allá de la órbita de Marte».
Hay dos supergigantes rojas relativamente cerca del Sol, Antares (la cabeza del Escorpión) y Betelgeuse (el hombro de Orión). Ambas se cuentan entre las pocas estrellas cuyo color puede apreciarse a simple vista, apareciendo con un tono rojizo anaranjado. Aunque Antares está probablemente un poco más cerca ya que la distancia a Betelgeuse no se conoce con precisión, esta última es bastante más grande y se cree que su radio se acerca a los mil radios solares. «Esta combinación de tamaño enorme y distancia moderada hace que Betelgeuse sea una de las pocas estrellas cuya superficie puede resolverse con instrumentación relativamente sencilla», apunta Negueruela.