El laboratorio de Tecnologías Integradas de Recuperación Ambiental del grupo de investigación Tecnología Química y Medioambiental (TEQUIMA) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha llevado a cabo un estudio encaminado a la conversión de plantas contaminadas en materiales de carbono que puedan tener un interés industrial. Estos materiales se pueden utilizar para la producción de compuestos químicos como el agua oxigenada, para la cual habitualmente se utilizan otros procedentes del petróleo, por lo que utilizar estas alternativas reduce el uso de los combustibles fósiles.
Un estudio de la UCLM demuestra que se puede producir agua oxigenada a partir de la valorización de plantas contaminadas. El estudio ha venido a demostrar que se pueden valorizar los residuos de carbono contaminados para la producción de agua oxigenada, un compuesto de elevado interés comercial en procesos de tratamiento de aguas, desinfección o blanqueamiento.
El aprovechamiento de los residuos para darles un valor está dentro del concepto de economía circular, consiguiendo tres impactos positivos: evitar la generación y dispersión de un residuo tóxico, reducir el consumo de materiales generados con combustibles fósiles, y llevar a cabo la producción de un compuesto químico de interés comercial como es el agua oxigenada. Adicionalmente, estos materiales han presentado unas propiedades que los hacen susceptibles de ser utilizados en otras reacciones electroquímicas que presentan aplicaciones energéticas o ambientales, como la producción de hidrógeno, los procesos de desinfección o la reducción de CO2.
La investigación, la primera publicación científica centrada en la valorización de este tipo de plantas contaminadas con metales pesados, ha permitido estudiar diferentes tipos de residuos como material de partida, si bien el más utilizado han sido plantas contaminadas con metales obtenidas en el antiguo emplazamiento minero de San Quintín, situado en el Parque Natural del Valle de Alcudia y Sierra Madrona.
“El rendimiento de esos materiales se ha comparado con un producto comercial, negro de carbono, obtenido del petróleo, por lo que, de presentar un buen comportamiento, estos nuevos materiales reducirían la necesidad de la utilización de combustibles fósiles que intensificarían el efecto invernadero”, explica el profesor Llanos. Asimismo, los autores del trabajo, Álvaro Ramírez, Martín Muñoz-Morales y Francisco Jesús Fernández Morales, junto Llanos, han observado que los procesos de activación permiten también mejorar sustancialmente las propiedades de los materiales, haciéndolos muy indicados para el uso para el que se habían previsto.