Micotoxinas en piensos: nuevo sistema para detectar estos tóxicos que golpean a la ganadería

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La contaminación de piensos por micotoxinas es uno de los principales problemas que azotan al sector ganadero. La Fundación Séneca de Murcia financia un proyecto para la detección de nuevas micotoxinas presentes en los piensos de cerdos y en la orina de los animales y evaluar su exposición a estos contaminantes producidos por hongos.

Investigadoras de la UMU que están detrás del sistema para detectar micotoxinas en piensos.

En la actualidad, la Unión Europea ha fijado niveles máximos permitidos para menos de una decena de micotoxinas. Estas sustancias, que tienen su origen en hongos, son responsables de buena parte de las contaminaciones detectadas en piensos de animales, que tienen consecuencias tanto en la salud del animal, como en los niveles de seguridad y de calidad de los productos que llegan al supermercado y que consumen las personas.

La industria de los piensos ha registrado avances notables en los últimos años. Sin embargo, todavía no ha podido acabar con este enemigo, que tiene su origen en los hongos y el moho. Para hacerse una idea de la envergadura del problema, basta hacer referencia a estudios recientes, con los que se ha comprobado que la mayor parte de las muestras de pienso analizadas están contaminadas con alguna micotoxina, y que las más abundantes están originadas por mohos de los géneros Aspergillus, Fusarium y Penicillium.

¿Se puede luchar contra las micotoxinas?

Todavía no se ha podido dar con la fórmula definitiva para evitar esta contaminación por alguna de las más de 400 micotoxinas conocidas. Como las medidas comunitarias para combatir la presencia de estos elementos que tienen su origen en el moho se limitan a controlar solamente una pequeña proporción de ellas, la población está expuesta a cientos de sustancias que están poniendo en riesgo su salud, ya que la exposición a las micotoxinas se relaciona con efectos sobre el sistema inmunitario y el desarrollo del cáncer.

En el caso de los animales, el consumo de piensos contaminados con micotoxinas provoca el rechazo de los alimentos, pérdida de peso y defectos en la reproducción, lo que se traduce en pérdidas económicas para este sector.

Equipo de la UMU, con Natalia Arroyo Manzanares, la tercera empezando por la izquierda.

Qué solución contra las micotoxinas se desarrolla con fondos de la Fundación Séneca

Para atajar el doble problema de seguridad alimentaria y de salud que representan las micotoxinas, la Fundación Séneca financió el proyecto de Plataforma analítica y metabolómica para la monitorización de micotoxinas: Aplicaciones en alimentación y salud animal, una ‘Prueba de concepto, dirigida por la profesora titular del departamento de Química analítica de la Facultad de Química de la Universidad de Murcia, Natalia Arroyo Manzanares. Este trabajo ha permitido desarrollar una metodología analítica para detectar y cuantificar un gran número de micotoxinas en piensos, que está muy por encima de los métodos que se han venido utilizando hasta ahora.

La metodología de análisis que ha desarrollado el equipo de la Universidad de Murcia se basa en espectrometría de masas de alta resolución y se emplean técnicas de tratamiento miniaturizadas. Con este sistema se detecta una cantidad de micotoxinas en pienso mucho mayor de la obtenida con los análisis convencionales. Y no solamente se incrementa el número de micotoxinas identificadas, sino que también se logra detectar las enmascaradas y aquellas para las que no se dispone de patrones, ya que la identificación de los compuestos se lleva a cabo por medio de su masa exacta y su patrón de fragmentación, explican los investigadores que han trabajado en el desarrollo de este método de análisis más efectivo.

Qué aplicación tienen esta nueva generación de análisis

Esta nueva generación de análisis se aplican, principalmente a los piensos que consume el ganado. Sin embargo, también vale para estudiar muestras de orina de cerdos. Esta función permite obtener biomarcadores, con los que hacer un seguimiento de la exposición de los animales a la contaminación por micotoxinas, que permitiría detectar alguna partida de piensos con una concentración mayor de estas sustancias procedentes de hongos y moho, y evitar tanto problemas de salud en el ganado, como posibles problemas de seguridad alimentaria en los productos cárnicos que llegan a los lineales de los supermercados o a las carnicerías.

Natalia Arroyo Manzanares explica que con la versatilidad del sistema se evitan las limitaciones de los sistemas de evaluación. Así, con la identificación de biomarcadores de micotoxinas se pueden relacionar de manera rápida y directa algunas patologías aparecidas en cerdos con el consumo de micotoxitas presentes en los piensos. Se presenta como una herramienta que ayuda en la toma de rápida de decisiones, para la prevención de enfermedades en los animales causadas por estas sustancias presentes en su alimento.

Resultado de los análisis que muestran la presencia de micotoxinas en piensos.

Cómo se puede reducir la presencia de micotoxinas en piensos

La industria del pienso no ha logrado detener el desarrollo de hongos y mohos, responsables de la contaminación con micotoxinas, pero hay una manera de, si no combatirla, sí contrarrestarla, explican desde este grupo de investigación de la Universidad de Murcia. Recomiendan aplicar lo que ellos llaman procedimientos de descontaminación, con los que se logra reducir los niveles de las toxinas a una presencia mínima, que no resulte peligrosa ni para los animales ni para los consumidores de los productos elaborados con su carne.

Una de las estrategias de descontaminación consiste en añadir aditivos en el alimento que actúen como secuestrantes o detoxificantes, que tienen la capacidad de suprimir o, al menos, reducir la absorción de micotoxinas en el tracto gastrointestinal. Y para comprobar la efectividad de estos compuestos y hacer un seguimiento de su actuación en el organismo de los cerdos, nada mejor que los biomarcadores detectados en la orina de los animales, con lo que se evita tener que realizar análisis mucho más costosos y laboriosos estudios in vivo, que requieren estudios histopatológicos y clínicos.

Esta prueba de concepto financiada por la Fundación Séneca ha permitido desarrollar una solución a uno de los mayores problemas con los que se encuentra la ganadería actual, con el desarrollo de una investigación completa y la transferencia del conocimiento al sector empresarial.