La Universidad de Huelva (UHU) ha firmado uno de los pocos estudios que analizan el impacto de la pandemia en el personal de residencias de mayores, con el que se ha comprobado que la Covid-19, aparte de contagios, ha tenido consecuencias para la salud mental de estos profesionales, a los que su resiliencia y su vocación les ha salvado de sufrir efectos psicológicos más graves.
La pandemia ha supuesto un antes y un después en muchas personas, que no han sido capaces de superar la situación de estrés a la que se vieron sometidas. Pérdida del trabajo, fallecimiento de seres queridos, miedo por qué ocurrirá en un futuro más que incierto y otros muchos factores hicieron que salieran a la luz problemas mentales que, si bien en algunos casos estaban latentes, han afectado a un amplio espectro de la población.
El impacto psicológico ha llegado a personas de todos los colectivos, pero sin duda, ha afectado más a quienes más cerca estaban de los enfermos. Sin embargo no a todos se les ha dado el mismo protagonismo, porque si bien es cierto que se salía todas las tardes a aplaudir a sanitarios, se han realizados estudios sobre la salud mental de este colectivo, ha habido otro, como el personal de las residencias geriátricas al que no se le había dedicado la atención que merecían.
¿Qué efectos psicológicos ha tenido la pandemia en el personal de residencias de mayores?
Estos profesionales son protagonistas de un estudio realizado por la Universidad de Huelva, en colaboración con la empresa IDEA Innovación, especializada en la gestión de residencias de mayores, que ha sacado a la luz la enorme fatiga psicológica que ha afectado a este personal. Sin embargo, no todo es negativo en las conclusiones de esta investigación, ya que ha servido para demostrar la enorme fortaleza de estos profesionales, que han afrontado la situaciones de estrés de manera activa y que se han agarrado a la vocación y a la satisfacción de su trabajo para superar una de las épocas más difíciles que les ha tocado vivir en lo profesional.
Por las condiciones de su empleo, el personal de las residencias de mayores está acostumbrado a vivir con la enfermedad, con el deterioro de las personas, incluso con el fallecimiento y el dolor que causa su pérdida en los familiares. Una experiencia que ha corrido a su favor, pero que ha quedado solapada por “la vocación y la satisfacción con el propio trabajo”, ha explicado a esta revista la coordinadora de este estudio, e investigadora del Departamento de Psicología Social, Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Huelva, Susana Menéndez Álvarez-Dardete.
El estudio, titulado ‘La experiencia psicológica de la Covid-19 en profesionales que trabajan en residencias de mayores gestionadas por Idea’, se realizó entre los meses de octubre de 2021 y junio de 2022, aunque el trabajo de campo, es decir, las entrevistas a los profesionales, se llevó a cabo entre los meses de diciembre y enero, justamente cuando hubo un repunte importante de los contagios. Esta circunstancia, opina la coordinadora de la investigación, ha podido influir en los resultados.
Qué consecuencias en el personal de residencias ha revelado el estudio
Se han encontrado a unos y unas profesionales de las residencias de mayores con signos de “agotamiento psicológico”. Pero las consecuencias de la pandemia han ido a más, ya que casi la mitad de las personas participantes en este estudio describieron una serie de síntomas propios de los problemas de salud mental, explica Susana Menéndez.
“Con toda probabilidad, estos importantes niveles de desgaste psicológico se deben, tal y como señalan las investigaciones revisadas, al contacto directo y continuado con el sufrimiento y la muerte”, afirma, puesto que la mayoría de la muestra había tenido relación con la enfermedad tanto a nivel profesional, con compañeros contagiados y fallecimientos de residentes; como personal con casos de contagio propio, y sobre todo casos en su unidad de convivencia y entre sus allegados.
Sin embargo, y como dato sorprendente, este colectivo no se ha dejado llevar por el miedo, han presentado niveles situados en unos valores medios, y prácticamente ninguno de los profesionales que han participado en esta investigación declararon su intención de dejar el trabajo, como sí ha ocurrido, por ejemplo, con el colectivo de enfermeros.
Qué características comunes tiene el personas de residencias de mayores
“Hemos encontrado trabajadores muy satisfechos con su trabajo, hay que recordar que son profesiones muy vocacionales, y esta satisfacción tan alta la hemos constatado en todos los perfiles laborales que se dan en las residencias: médicos, psicólogos, personal de enfermería, gerocultores, cocineros, limpiadoras…”, afirma la investigadora de la Universidad de Huelva.
De la misma manera, se ha comprobado que, en su mayoría, los participantes en este estudio han afrontado la situación tan dura con una sonrisa en la cara, propia de “estilos de afrontamiento del estrés centrados en el problema o situación que origina la situación estresante, es decir, por las estrategias de afrontamiento más funcionales y positivas”, algo que ha sorprendido al equipo de investigación que ha elaborado el estudio.
En esta investigación se han puesto de relieve los esfuerzos de la comunidad científica desde que irrumpiera la pandemia no sólo para combatir la enfermedad y desarrollar vacunas eficaces, sino también para tratar de evaluar e identificar los efectos de la pandemia en la salud mental de la población (miedo, ansiedad, soledad, depresión, tristeza, sintomatología de estrés postraumático, etcétera).
“Estos trabajos pioneros evidenciaron que el impacto y las consecuencias para la salud mental de la Covid-19 tendían a identificarse en algunos específicos, destacando los y las profesionales cuyo trabajo implicaba, necesariamente, el contacto directo con la enfermedad”, afirma el equipo que ha realizado esta investigación.
Dónde se ha realizado esta investigación
El trabajo de los investigadores de la UHU se realizó en seis centros gestionados por IDEA y se recabo la información de 77 profesionales (el 92% mujeres) pertenecientes al equipo directivo, responsables higiénico-sanitarios, al equipo técnico y al personal de atención directa e indirecta. Una recogida de datos que se desarrolló entre los últimos 10 días de 2021 y los dos primeros meses de 2022, esto es, en un escenario particularmente duro y complicado de la pandemia.
A pesar de la elevada incidencia del coronavirus en las residencias de mayores, señala el equipo en la memoria, en España “se han realizado pocos centrados en trabajadores de estos centros que permitan conocer cómo están viviendo y experimentando la pandemia y, muy especialmente, qué efectos está teniendo esta situación en su salud mental”.