Un curso de la Escuela de Ingeniería de Edificación de la UGR forma en construcción industrializada de muy bajo consumo energético gracias a la madera.
La Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Granada (ETSIE) y el proyecto LIFE “Madera para el Futuro” han celebrado el curso Maderaula, con 40 estudiantes. Se trata de un aula de formación teórica y práctica que ha permitido trabajar la construcción con madera bajo un consumo energético casi nulo.
El proyecto Maderaula, de la Fundación CESEFOR de Castilla y León y financiado por el programa de Empleo Verde de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, recorre diferentes localizaciones en España y tiene como objetivo la capacitación de profesionales en el sistema constructivo de entramado ligero para conseguir una construcción eficiente a nivel energético, a la vez que industrializada.
La apertura de Maderaula en la Universidad de Granada ha estado presidida por Juan Manuel Santiago, director de la ETSIE, acompañado por Antolino Gallego, catedrático del Departamento de Física Aplicada de la UGR y coordinador del proyecto LIFE “Madera para el Futuro”; junto a Edgar Lafuente, jefe del Área de Industria y Construcción con Madera de CESEFOR. En la intervención, han destacado el papel que jugará la madera para la construcción del siglo XXI, como material capaz de generar menos consumo energético, bajo en carbono y con más capacidad para el reciclado.
Antolino Gallego ha incidido en “el importante potencial” de los recursos forestales de Andalucía, las choperas y los pinares de coníferas, “actualmente infrautilizados para embalaje o biomasa”. Estos recursos, indica el catedrático de la UGR, “pueden ser transformados en productos de madera técnica estructural para una construcción de consumo energético casi nulo, dándole así un alto valor añadido en el mercado”.
Apostar por un aprovechamiento sostenible de los recursos forestales andaluces, avalado por una certificación forestal sostenible en toda la cadena de custodia: desde el árbol hasta el producto final, es “sinónimo de apostar por conservación de nuestros recursos forestales y además generar riqueza para sus propietarios, privados y públicos, generar empleo en una industria local y suministrar enormes valores ambientales para toda la sociedad y el planeta”, ha subrayado Antolino Gallego.
Los asistentes a la mesa inaugural de la formación han destacado que la mejor forma de proteger montes de los incendios y las plagas “es fomentar su aprovechamiento en productos de calidad, como las viviendas de entramado ligero de altísima eficiencia energética propuestas por Maderaula y los productos estructurales mixtos chopo-pino-hormigón que se pondrán cerca del mercado con el proyecto LIFE Madera para el Futuro”.
Para ello, los organizadores del curso consideran la formación a todos los niveles (FP y universidad), así como la investigación y la innovación, con participación público-privada, “elementos fundamentales para propiciar el cambio en la construcción y dar protagonismo a la madera como el material clave para una ‘revolución verde’ de la construcción, con potencial para ser motor de una Andalucía más industrializada y menos dependiente de los sectores básicos”. El curso ha abordado también el reto de idear productos y dirigir los proyectos hacia soluciones que demanden menos materia prima y mezclen, de una manera inteligente y eficiente, diferentes materiales, según sean sus potencialidades mecánicas, cubriendo así una mayor cuota de mercado y logrando mayores tasas de reducción de la huella ecológica y ahorro energético.
Durante el curso se han expuesto diferentes proyectos, entre ellos, los desarrollados por Eduardo Román, arquitecto de la industria gaditana Polanco ubicada en Jerez de la Frontera, única empresa andaluza que elabora soluciones industrializadas con entramado ligero; y Ana Carvajal, del estudio granadino Arquigreen, delegación andaluza de la firma catalana Arquima, referente en la construcción de entramado ligero con madera en España. El aula ha concluido con la elaboración in situ de un prototipo de forjado y muro de fachada con aislamiento de fibra y celulosa de madera, para una construcción ligera, durable y de consumo energético casi nulo.
Profesionales de la arquitectura, la arquitectura técnica, la ingeniería de edificación, la carpintería y la docencia coinciden con la expectación y la necesidad que existe en el sector de la construcción por ir ampliando cada día la formación y las redes de conexión, para así dar una respuesta tecnológicamente exitosa a la creciente demanda del mercado por soluciones de menor huella ecológica y de menor consumo energético, con menor dependencia de mercados exteriores y del precio tan creciente y volátil de la energía y los materiales.
La vida en pandemia y el encarecimiento de la energía, indican desde la organización de Maderaula, han propulsado la reforma de las viviendas y la inversión hacia los hogares, para conseguir unas casas modernas, más acogedoras y saludables y de menor consumo energético. El mercado español de la madera está creciendo, siguiendo la senda de otros mercados europeos más maduros, siendo las soluciones de entramado ligero y la construcción con madera técnica laminada y contralaminada las más demandas actualmente.