Este sábado, 24 de abril, se conmemora el Día Mundial de la Meningitis, una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de las membranas (meninges) que rodean el sistema nervioso central y que representa una urgencia médica, debido a que el retraso en su diagnóstico y tratamiento puede conllevar una alta tasa de complicaciones neurológicas, discapacidad y mortalidad.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se diagnostican unos 1.000 casos de meningitis en España. Además, la meningitis tiene un índice de mortalidad del 10% y deja secuelas en más del 20% de los supervivientes, sobre todo déficits o pérdidas sensoriales (principalmente en la audición) o lesiones cerebrales causantes de epilepsia.
Casi el 90% de los casos de meningitis que se producen en España son debidos a infecciones causadas por agentes víricos o bacterianos. Mientras que los enterovirus son los agentes implicados con mayor frecuencia en las meningitis víricas, los neumococos y meningococos son los principales responsables de las meningitis bacterianas. En todo caso, estos agentes comparten mayoritariamente la característica de que se suelen trasmitir a través de la saliva o por las gotas que se desprenden al hablar, de la tos o al estornudar. Por ello, las precauciones que se están tomando para evitar el contagio de COVID-19 (SARS-COV2) también servirán para reducir el número de casos de meningitis.
“El pronóstico de esta enfermedad varía mucho dependiendo de si se trata de una infección vírica o bacteriana, ya que las meningitis víricas suelen manifestarse con menos gravedad que las bacterianas. Pero sobre todo, dependen de la rápida instauración de una terapia adecuada. Cuanto antes se realice el diagnóstico y se trate, mayor será la probabilidad de un buen desenlace con poca o nula discapacidad a largo plazo así como una tasa menor de complicaciones. Por lo tanto, es fundamental conocer esta enfermedad y saber cuáles pueden ser sus síntomas de alarma”, explica la Dra. Laura Llull, Coordinadora del Grupo de Estudio de Neurología Critica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología.
Presentar cefalea y fiebre suelen ser los síntomas más comunes de la meningitis, ya que suelen estar presentes en más del 80% de los casos, al igual que presentar rigidez en la nuca, que si bien no es tan habitual, es un síntoma que está presente en al menos un 40% de los casos. Otros síntomas también frecuentes, son la pérdida del control muscular o de la coordinación de los movimientos voluntarios, sufrir alteración del estado mental o presentar afectación de pares craneales (con la consiguiente pérdida de olfato, gusto, vista y/u oído, pero también de la sensibilidad o expresión facial, del equilibrio o dificultad para hablar o tragar). Menos habituales son otros síntomas, como las crisis epilépticas, que si bien solo suelen estar presentes en el 10% de los casos, en los niños pueden llegar a presentarse hasta en el 50%.
“Afortunadamente, en las últimas décadas en países como España, donde la vacunación contra los principales agentes que pueden provocar meningitis es amplia, su incidencia se ha visto reducida significativamente. También ha ayudado haber mejorado nuestros hábitos de higiene o nuestros hábitos de vida, más saludables, que fortalecen nuestro sistema inmune. Además, este año en concreto, y debido a las medidas que se están tomando frente la COVID-19, que también son válidas para evitar muchos casos de meningitis, la reducción del número de casos será aún mayor”, comenta la Dra. Laura Llull. “Por el contrario, en lo últimos años, se venía observando un incremento de los casos de infección por agentes importados, principalmente por el aumento de los viajes internacionales y las migraciones. Tener en cuenta estos cambios en la epidemiología de la meningitis, también es relevante para mejorar su diagnóstico”.
Este cambio epidemiológico se ha visto sobre todo en los casos de meningitis bacteriana. Mientras que hace unas décadas era una enfermedad predominantemente infantil, gracias a la vacunación, pero también a una mayor circulación de otros agentes infecciosos, actualmente se observan más casos en la población mayor de 14 años que en los menores de esta edad. Algo a tener muy en cuenta ya que la meningitis bacteriana es uno de los cuadros infecciosos más graves que existen, además de que es el tipo de meningitis con peor pronóstico: presenta una morbilidad de hasta el 60% y una mortalidad del 25%. Si bien las meningitis bacterianas son menos comunes que las víricas: en todo el mundo presentan una incidencia de menos de 5 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 15 casos por cada 100.000 de las meningitis víricas.
Respecto a las principales bacterias causantes de meningitis bacteriana en España, el neumococo destaca como el responsable del 47% de casos. También destacan otras bacterias como el meningococo, que representa el 25% de las meningitis bacterianas, aunque es el causante del 60% de los casos que se dan entre la población de 2 a 18 años; el estreptococo, causante del 13% de las meningitis bacterianas, pero que es el microorganismo más frecuentemente implicado en los casos que se dan en neonatos; o la listeria, que causa el 8% de las meningitis bacterianas, pero que supone el 20% de los casos en ancianos.
Por el contrario, las meningitis virales, además de tener un mejor pronóstico, son hasta 20 veces más frecuentes durante el primer año de vida y tienden a disminuir con la edad. Hasta la fecha se han identificado más de 100 virus capaces de infectar el sistema nervioso central, pero los enterovirus constituyen la primera causa de meningitis vírica en España (77%%), seguidos por el virus varicela-zóster (10%) y los virus del herpes simple (3%). Los enterovirus suelen afectar más a los niños, mientras que los virus herpes a jóvenes y adultos.
“Finalmente me gustaría señalar que, aunque se ha notificado algún caso de meningitis en pacientes con COVID-19, el SARS-CoV-2 es un virus que, aunque podría ser un patógeno oportunista, no tiene al sistema nervioso central como diana de la infección. Por lo que los casos de meningitis en pacientes con COVID-19 son raros y muy esporádicos”, concluye la Dra. Laura Llull.