La biblioteca del Centro de Documentación del Real Patronato sobre Discapacidad ha acogido este martes en Madrid la presentación del V Estudio ‘Universidad y Discapacidad’, que aborda el grado de inclusión actual de las personas con discapacidad en el sistema universitario español. El estudio, en el que han participado 61 universidades españolas, entre ellas la Universidad de Murcia, ha sido realizado por la Fundación Universia, que cuenta con el apoyo de Banco Santander para el desarrollo de sus actividades, con la colaboración de Fundación ONCE, la CRUE Universidades Españolas, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y el Real Patronato sobre Discapacidad. El rector de la Universidad de Murcia, José Luján, ha asistido a la presentación del informe en calidad de presidente de CRUE-Asuntos Estudiantiles.
El objetivo de este informe, elaborado por quinto año con carácter bienal, es medir el grado de inclusión de las personas con discapacidad en el sistema universitario español relativo al curso 2019-2020 y mostrar la evolución que se ha producido durante los diez cursos académicos transcurridos desde el arranque de este proyecto en 2011. Este estudio ha contado con la participación de 1.860 universitarios con discapacidad que están cursando estudios universitarios en la actualidad o que lo han hecho recientemente. Por otra parte, las 61 universidades (públicas y privadas) que han colaborado, representan el 76% de universidades y engloban al 87% de los universitarios con discapacidad del Sistema Universitario Español.
La llegada de la pandemia provocada por la covid-19 ha impactado en las universidades, provocando cambios que afectan a la vida de toda la comunidad universitaria y, especialmente, a la de las personas con discapacidad. A raíz de esta nueva situación, muchos y muchas estudiantes con discapacidad han encontrado nuevas dificultades para continuar con sus estudios universitarios desde casa. Casi una cuarta parte de los encuestados se queja de la falta de recursos tecnológicos y dispositivos digitales para poder estudiar desde su hogar (24%), pero también manifiestan otras necesidades derivadas de la covid-19, dificultades para realizar exámenes y seguir las clases (17%) y algunos problemas a nivel psicológico (aislamiento, soledad, ansiedad), entre otros. Además, el 21% de estos alumnos afirma tener mayores dificultades para seguir las clases en tiempos de coronavirus.
Por otro lado, cabe destacar que 9 de cada 10 estudiantes con certificado de discapacidad declara que puede estudiar perfectamente desde casa al contar con los dispositivos y los recursos informáticos para ello.
Respecto a los contenidos, casi un 80% estudiantes con discapacidad afirma que ha recibido correctamente la información necesaria para la realización de sus actividades académicas. La mayoría declara no haber tenido problemas para seguir comunicándose tanto con sus compañeros de clase o con sus docentes. Sin embargo, es importante señalar que un 17% afirma haber tenido muchas o bastantes dificultades para el seguimiento de las clases. A nivel institucional, más de la mitad de las personas encuestadas considera que la universidad española ha sido capaz de adaptarse muy o bastante bien a la nueva situación provocada por la pandemia de la covid-19.
La directora de la Fundación Universia, Sonia Viñas, ha destacado que “esta experiencia nos hace ver el futuro en clave de oportunidad, con la visión de no confrontar la enseñanza presencial (en clave social) frente a la enseñanza en remoto (en clave de innovación), sino con la idea de extraer lo mejor de cada una de ellas, para así plantear un tercer escenario inclusivo y accesible, desde el principio que se adapta a las diferentes capacidades, necesidades y estilos de aprendizaje respetando la diversidad y sobre todo colocando al estudiante en el centro”.
En la misma línea, José Luján, presidente de Crue-Asuntos Estudiantiles y rector de la universidad de Murcia, ha destacado que este estudio permite a las universidades disponer de datos muy valiosos sobre la situación real del estudiantado con discapacidad. Asimismo, ha destacado el esfuerzo realizado por las universidades españolas en el último año para adaptar la docencia a la pandemia, sin olvidarse del estudiantado con discapacidad: “Saber que un 80% de estudiantes con discapacidad afirma que ha recibido correctamente la información necesaria para la realización de sus actividades académicas y que no ha tenido problemas para seguir comunicándose con sus compañeros de clase o con sus docentes nos llena de satisfacción, pero también nos hace pensar inmediatamente en quienes han tenido muchas o bastantes dificultades para el seguimiento de las clases”.
Perfil del estudiante con discapacidad
Se mantiene la tendencia de ediciones anteriores del estudio, donde la proporción de estudiantes con discapacidad presentes en la universidad es menor a medida que avanza el nivel formativo. Así, de los 19.910 universitarios de grado, primer y segundo ciclo con discapacidad, representados en el Estudio, la proporción de estudiantes que permanecen en la universidad va disminuyendo, contando con un 1,5% de estudiantes de grado, primer y segundo ciclo; 1% de posgrado y máster y 0,8% de doctorado.
Por tipo de discapacidad se mantiene la tendencia: la discapacidad predominante entre los estudiantes de grado, primer y segundo ciclo, con discapacidad es la discapacidad física (30,4%), seguida de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo (11,8%), las personas con discapacidad sensorial (10%) y, por último, las personas con discapacidad psicosocial o relacionada con salud mental (3,9%).
Por rama de conocimiento, las universidades públicas cuentan con más estudiantes con discapacidad en Ciencias Sociales y Jurídicas, mientras que las universidades privadas tienen un porcentaje mayor deestudiantes en las carreras STEM.
La mujer en la Universidad, cuestión de género
Desde una perspectiva de género, el número de mujeres que ha matriculado en el curso 2019-2020 en las universidades españolas es superior al de hombres (un 55% de mujeres frente a un 45% de varones). Sin embargo, la tendencia se invierte si se tiene en cuenta la variable de la discapacidad, donde el número de mujeres con discapacidad respecto al total de estudiantes matriculados en las universidades es del 1,2%, frente al 1,6% de hombres que lo hicieron durante ese mismo curso.
Según los datos, recopilados en la encuesta realizada a los universitarios con discapacidad, un 11% de mujeres con discapacidad han afirmado que el hecho de ser mujer ha supuesto mayores dificultades en el acceso a sus estudios universitarios, que la experimentada por sus compañeros hombres. Este porcentaje aumenta hasta casi el 16% cuando se les pregunta acerca de las dificultades que han tenido a lo largo de toda la carrera universitaria por el hecho de ser mujer.
Inclusión dentro y fuera de las aulas
En relación con la percepción sobre el grado de inclusión de los estudiantes con discapacidad dentro de las universidades, el 20,7% de los 1.860 estudiantes consultados afirma haberse sentido discriminado en alguna ocasión a lo largo de sus estudios universitarios.
La responsable de Proyectos Globales y Comunidades de Fundación Universia, Paloma de Andrés, ha prestado especial atención a las principales razones: “Están relacionadas con algún tipo de problema con el profesorado, tales como faltas de respeto, falta de atención a sus necesidades, mala actitud, etc. (38,2%), o con problemas de accesibilidad, tales como barreras arquitectónicas, exámenes no adaptados, falta de adaptación curricular, etc. (37,9%)”, ha detallado.
En cuanto a las relaciones con los compañeros, acerca del aislamiento 1 de cada 3 estudiantes con discapacidad afirman sentirse aislados respecto a los demás compañeros y compañeras de la universidad. En este sentido, el 16% de los estudiantes con discapacidad considera que sus compañeros y compañeras se comportan de manera diferente con ellos que con el resto de la comunidad estudiantil. Además, el 35% estima que tiene más dificultades que sus compañeros sin discapacidad para relacionarse con los demás estudiantes.
No obstante, destaca la colaboración entre los compañeros para el seguimiento de las clases por parte de aquellos estudiantes con discapacidad que lo necesitan, algo con lo que afirma contar una cuarta parte del estudiantado con discapacidad.
La participación en actividades académicas es bastante más elevada, ya que más de un 40% declara que participa siempre que puede, aunque hay más de un 15% que tiene la sensación de que se le aísla al intervenir en este tipo de actividades académicas. Una participación que es inferior cuando se trata de actividades fuera del ámbito académico (ocio y tiempo libre, actividades deportivas, etc.), ya que la mitad del estudiantado con discapacidad no participa nunca o casi nunca en este tipo de actividades y solo el 20% lo hace de forma habitual.
El presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Luis Cayo Pérez Bueno ha querido prestar especial atención en: “La inclusión universitaria -vigorosa, con ambición, de alcance-, necesita de un revulsivo, una reactivación, que ponga este asunto entre los de primera importancia de los de la enseñanza superior. La nueva Ley de Universidades (LOSU), anunciada por el Gobierno, debe ser ese instrumento palanca, y desde el movimiento social de la discapacidad, siempre actuando como avanzadilla, ya hemos hecho llegar al Ejecutivo y a la comunidad universitaria, nuestras propuestas, en ese sentido. La universidad necesita para mejorar colectivamente la tensión productiva que significa dar respuesta a los anhelos de inclusión de la discapacidad”.
Comunidad universitaria y discapacidad
El total de estudiantes con algún tipo de discapacidad que se encontraba cursando sus estudios en las 61 universidades radicadas en España que han proporcionado este dato desde 19.910 estudiantes, lo que representa el 1,5% de todo el estudiantado universitario matriculado en España durante el curso 2019-2020.
La Universidad de Murcia es la universidad presencial española con la mayor ratio de estudiantes matriculados con algún tipo de discapacidad o necesidad especial. Tan sólo en el curso pasado (2019-2020) la cifra de alumnado con alguna discapacidad o necesidad de apoyo educativo ascendía a 745 personas (un 2,7% del total de alumnado matriculado, cifra que duplica la media nacional).
Casi el total de las universidades (95,1%) que han participado en el V Estudio Universidad y Discapacidad cuentan con un servicio de atención a los estudiantes con discapacidad.
Respecto a la relación entre los servicios y los estudiantes con discapacidad, 6 de cada 10 de los estudiantes encuestados se han puesto en contacto en alguna ocasión con el Servicio de Atención a las Personas con Discapacidad de su universidad, principalmente para solicitar adaptaciones curriculares, recopilar información sobre sus derechos y solicitar becas o ayudas para el estudio.
Más de la mitad (el 59,7%) de los estudiantes con discapacidad que han respondido al cuestionario se han puesto en contacto con el Servicio de Atención a Personas con Discapacidad de su universidad. La valoración media que los propios estudiantes otorgan a este servicio ha mejorado desde el año 2015 de 5,9 a los 8 puntos sobre 10, que muestran actualmente en la escala de puntuación sobre su actuación.
Un total de 36 universidades han proporcionado datos sobre el número de trabajadores con discapacidad, informando que cuentan con 704 docentes e investigadores (PDI) con discapacidad trabajando en la universidad, de los cuales la inmensa mayoría trabaja de forma presencial. En cuanto al Personal de Administración y Servicios (PAS), el número total de PAS con algún tipo de discapacidad asciende a 845, todos ellos de manera presencial.
También se han desarrollado actividades de I+D+i en materia de discapacidad en más de un 80% de las universidades, destacando la discapacidad como tema de investigación en los estudios y los proyectos llevados a cabo. Esto supone una clara tendencia en aumento, respecto al 64% que se analizó en el IV Estudio.
Barreras con discapacidad y diseño para todos
El 16% de los estudiantes con discapacidad que han participado en este estudio afirma haber encontrado barreras de accesibilidad en la facultad o en la escuela universitaria en la que cursan sus estudios.
Una amplia mayoría de las universidades afirma tener en cuenta criterios de accesibilidad cuando se trata de la realización de obras de construcción, alquiler o adquisición de instalaciones nuevas. Sin embargo, solo la mitad declara haber implementado planes de accesibilidad universal y diseño para todos, y las que han evaluado sus niveles de accesibilidad no llegan a representar el 25% del total.
Por otro lado, si bien el profesorado dispone de procedimientos internos de asesoría en temas de discapacidad por parte del Servicio de Atención a las Personas con Discapacidad, a nivel de universidad, las personas con discapacidad, como tal, solo han sido tenidas en cuenta en algo menos de un tercio de todos los planes de estudio existentes en la universidad, y en algo menos de otro tercio cuando se trata de alguno de los planes de estudio.
Desde la perspectiva de los estudiantes con discapacidad, cerca del 40% considera que siguen existiendo barreras físicas para las personas con discapacidad. Además, casi un 20% estima que hay una falta de adaptación de los contenidos teórico-prácticos, y un 15% que faltan medios y recursos didácticos adaptados.
Respecto al profesorado, si bien, un 43% considera que sus profesores y profesoras sí conocen y están al día de sus necesidades, alrededor de un 15% considera que el profesorado no adapta correctamente los materiales en las clases.
La equidad y la inclusión, objetivos de la UMU
Los diversos estamentos que conforman la Universidad de Murcia, trabajan en una dinámica común dirigida a incluir a las personas con discapacidad en nuestra sociedad, a través de tres líneas de actuación fundamentales: en primer lugar, se fomenta la igualdad de oportunidades del alumnado universitario con discapacidad, en la Unidad de Apoyo a Estudiantes con Discapacidad y/o Necesidades Especiales del Servicio de Atención a la Diversidad y el Voluntariado.
Por otra parte, se busca incrementar la presencia activa de estudiantes preuniversitarios con discapacidad y otras necesidades de apoyo que, podrían ver limitada su inclusión en la universidad, con el programa Campus Inclusivo, Campus Sin Límites; y, por último, se favorece y facilita la incorporación del colectivo de jóvenes con discapacidad intelectual al mercado laboral a través de un
proyecto formativo para el empleo, denominado Todos Somos Campus.
Más información y descarga del estudio: www.fundacionuniversia.net
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