El pantano de Relleu pertenece a la exclusiva nómina de embalses históricos del sureste de la Península Ibérica que están considerados como las primeras presas modernas del mundo. El más conocido de todos ellos es Tibi, junto con Elche y Almansa, todos ellos todavía en funcionamiento pese a tener más de 400 años en algunos casos. Son auténticas “catedrales” de la hidráulica y del regadío y representan el enorme bagaje tecnológico que se acumuló en nuestras tierras durante muchos siglos en torno al agua y la necesidad de luchar contra nuestro principal riesgo natural: las sequías.
Pero, a pesar de esta importancia y reconocimiento mundial, los pantanos históricos son unos grandes olvidados, con problemas de mantenimiento y conservación y un penoso desconocimiento de su importancia patrimonial por parte de la sociedad en general. Como muestra de ello, hay que señalar que tan sólo el pantano de Tibi es BIC (Bien de Interés Cultural); Elche lo está tramitando y en Relleu se ha intentado, de momento sin respuesta por parte de las administraciones.
El pantano del Relleu, joya del patrimonio hidráulico en peligro
Pablo Giménez Font es profesor e investigador en la Universidad de Alicante; doctor en Geografía y especialista en Geografía histórica y Biogeografía. Autor de ‘La muralla i el lluent. El pantà de Relleu i el regadiu històric de la Vila Jòiosa’, libro recién editado por Publicaciones Universidad de Alicante, Giménez Font suscribe las afirmaciones anteriores. (En la imagen, portada de libro).
“El caso de Relleu es especialmente preocupante y la presa reviste graves problemas de conservación que amenazan con su derrumbe en los próximos años si no se hace nada al respecto”, declara el investigador.
El libro ‘La muralla i el lluent. El pantà de Relleu i el regadiu històric de la Vila Jòiosa’ pretende contar la historia de este pantano, cómo se proyectó y se construyó, con qué finalidad, y qué supuso para la huerta de la Vila Joiosa hasta que fue abandonado por la construcción del pantano de Amadorio, aguas abajo. “Hasta ahora no existía una reconstrucción histórica y geográfica que permitiera ver con perspectiva el verdadero valor patrimonial de esta obra. Pero el objetivo fundamental es el de tratar de concienciar sobre la necesidad de proteger e intervenir sobre la estabilidad del pantano antes de que sea demasiado tarde”, afirma el investigador.
Además, esta obra es una invitación a visitar este espacio único, moldeado por la naturaleza (un impresionante estrecho calcáreo) y por el ser humano, ya que durante siglos la cumulación de tarquines por parte del pantano ha generado un ecosistema y un paisaje singular y de gran valor ambiental que merece ser conocido.