Hace unos días se publicaba en los diferentes medios de comunicación, con difusión a nivel mundial, la localización del mayor grabado del Paleolítico Superior de la Península Ibérica, que acababa de ser descubierto en la estación rupestre Vale do Côa (Portugal). Se trata del grabado de un uro de 3,5 metros y 23.000 años de antigüedad, hallado por los especialistas que trabajan en el Vale do Côa sobre un panel de pizarra de más de seis metros, que llama la atención por su gran tamaño, pero que sobre todo servirá para arrojar luz sobre el modo de vida de los hombres del Paleolítico.
Esto lo exponemos con sana envidia, porque si no en dimensión, sí en proporción, contamos en Almería con numerosos yacimientos de arte rupestre y, sobre todo, los que pretendemos resaltar en la Sierra de Los Filabres. Y dentro de estos yacimientos rupestres vamos a destacar el ubicado en el paraje Piedra de La Romana, emplazado en el corazón de la sierra en el término municipal de Castro de Filabres.
Todo comenzó en el año 2016 donde en un cuaderno de senderismo de Almería un usuario describía la localización de un grabado sobre piedra en un paraje denominado la Piedra de La Romana en la Sierra de Los Filabres. Nuestra curiosidad nos llevó a verificar si se encontraba inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, comprobando que no existía nada al respecto. Nos costó visitar el lugar en dos ocasiones, pero el hallazgo mereció la pena, ya que no solo localizamos el grabado descrito por el senderista, sino un conjunto de numerosos grabados en diversas afloraciones rocosas del paraje, así como petroglifos y cazoletas o cocones dispersos por la zona.
Cinco paneles con pinturas orientadas al Desierto de Tabernas
La estación rupestre es una ventana orientada hacia el sur, desde la que se observa a nuestros pies el desierto de Tabernas, custodiado por Sierra Alhamilla, el valle del Andarax con la bahía de Almería en el horizonte, a nuestra derecha la comarca del Nacimiento, las estribaciones de la majestuosa Sierra Nevada en su vertiente almeriense y al fondo la vista de la Sierra de Gádor.
En relación a los grabados destacan cinco paneles, tres en la parte más alta, donde se ven distintas figuras esquemáticas, similares a las del periodo Calcolítico, y próximas a estos se observan dos paneles, compuesto uno con una figura, portando un escudo, así como una figura a ambos lados, y el otro más amplio con escenas ecuestres, portando lo que parece ser armas. La gran variedad de escenas representadas incluye representaciones humanas simbólicas como jinetes y guerreros armados e incluso algún posible carro, figuras y animales grabados mediante la técnica del piqueteado.
Importancia de la Sierra de Los Filabres en la Prehistoria
Aparecen también en el lugar diversas cazoletas, algunas agrupadas en conjuntos, que no se sabe con certeza su origen, asociándolos algunos autores al carácter prehistórico de los mismos, otros los relacionan al mundo ritual y megalítico y por último a pastores que los utilizaban en el pasado para la recogida de agua. Así mismo destacan varios tipos de petroglifos o símbolos del tipo “herradura” e incluso se localizó un párrafo grabado en escritura árabe.
Existen numerosos yacimientos de arte rupestre en la sierra, que demuestran la importancia que esta zona tuvo para el hombre durante la prehistoria, y que se localizan en todos los municipios de la comarca. Aparecen vestigios del arte rupestre desde el paleolítico hasta el Medievo.
Siendo un conjunto de arte rupestre de evidente importancia, queremos recordar aquí los grabados rupestres más conocidos de La Sierra de los Filabres, destacando los siguientes:
- Grabados rupestres de Piedras Blancas (Las Tres Villas). Conocido como la yegua de Escullar, representa la figura completa de un caballo mirando hacia la derecha. Cultura lo incorporo el pasado año 2019 como nuevo BIC al patrimonio histórico andaluz, como el Caballo de Piedras Blancas.
- Grabados rupestres de Piedra Labrá (Chercos). Monumento histórico compuesto de dos rocas con diversos paneles que contienen numerosos grabados.
Si nos retrotraemos en el tiempo, comprobamos que estas tierras han sido ocupadas desde la Prehistoria por diversas sociedades. Hombres y mujeres, que vivían en abrigos naturales, utilizaban instrumentos de piedra, tuvieron una vinculación espiritual con estas montañas y realizaban pinturas y grabados rupestres al aire libre, como los que destacamos en este escrito.
Recordemos que el arte rupestre es todo aquel dibujo o expresión artística prehistóricas que se hallan impresas en rocas y cavernas, ya que el hombre de este tiempo plasmaba allí su arte, y desarrollaba gran parte de su vida en estas cuevas para refugiarse de depredadores y de las inclemencias climáticas. En la investigación del arte rupestre, el grabado no sería el protagonista esencial, debido al carácter más llamativo de la pintura. Existen diversos yacimientos en la zona con pinturas de estilo levantino y esquemático. El grabado siempre se ha visto como una técnica secundaria o, cuanto menos, complementaria, por eso mismo queremos dedicar este articulo a reivindicar su justa relevancia.
Artículo de José Feniche Pérez y Emigio González Alcaraz, miembros de la Asociación de Amigos de la Alcazaba.