Conocer la capacidad de adaptación del pino carrasco es útil para diseñar políticas de mejora genética forestal, así como planes de conservación y adaptación de los pinares mediterráneos frente al cambio climático
El estudio liderado desde INIA (Madrid) y CETEMAS (Asturias), en colaboración con la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (UPO) y la Universidad de Coimbra (Portugal), ha demostrado que las estrategias de adaptación del pino carrasco frente a años extremadamente secos o muy húmedos, dependen más de la procedencia genética y geográfica, que de las condiciones del clima local.
Gracias a esta investigación se han cuantificado por primera vez, bajo condiciones de clima homogéneas, las diferentes estrategias de adaptación de la especie ante sequías extremas o años muy favorables climáticamente.
Para ello se ha usado la información contenida en los anillos anuales de crecimiento mediante dendrocronología y microdensitometría, identificando los mecanismos de plasticidad que muestran una información de alto valor para diseñar políticas de mejora genética forestal, así como planes de conservación y adaptación de los pinares mediterráneos frente al cambio climático.
El trabajo liderado por la investigadora Andrea Hevia de CETEMAS (actualmente investigadora en la Universidad de Huelva) y colaboradora de UPO, se publica hoy bajo el título: Which matters more for wood traits in Pinus halepensis Mill., provenance or climate? en la prestigiosa revista forestal Annals of Forest Science.