La UCLM desarrolla un modelo matemático para controlar la peste porcina

Un equipo de investigación multidisciplinar, constituido por científicos del grupo de investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), -centro mixto de investigación dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), la Junta de Comunidades y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas-, y del Maxwell Institute for Mathematical Sciences de la Heriot-Watt University (Reino Unido), ha desarrollado un modelo matemático del sistema peste porcina africana (PPA)-jabalí que considera las variables implicadas en los procesos que regulan la dinámica epidemiológica de esta enfermedad, con el fin de proporcionar una herramienta de gestión fundamental para determinar su comportamiento y predecir su expansión y efectos ante diferentes escenarios epidemiológicos.

Los resultados del modelo, que han sido publicados en la prestigiosa revista Scientific Reports y en el que por parte del IREC han participado los investigadores Christian Gortázar y José Francisco Ruiz-Fons, muestran que la transmisión ambiental es el mecanismo que determina la gravedad de un brote infeccioso.

Además, la transmisión directa entre cadáveres o individuos vivos infectados e individuos susceptibles y la transmisión desde individuos que sobreviven al brote inicial, son clave para la persistencia del virus a largo plazo, haciéndolo difícil de erradicar y aumentando el riesgo de expansión a poblaciones vecinas.

La alimentación suplementaria incrementa la persistencia de peste porcina

Según los investigadores, una degradación más rápida de los cadáveres de jabalí infectados por peste porcina africana, mediada por una temperatura media más elevada y/o la presencia de una abundante y bien conservada comunidad de carroñeros obligados (buitres), puede reducir la gravedad de los brotes infecciosos en algunos países o regiones geográficas, como España. Por el contrario, prácticas de gestión como la alimentación suplementaria conducen a un brote epidémico más pronunciado y a la persistencia de la enfermedad a largo plazo.

El modelo, que permite evaluar las medidas de control de la PPA, sugiere que la forma más eficaz para erradicar el virus en las poblaciones silvestres de jabalí consistiría en combinar su control poblacional a través de la caza con la eliminación de cadáveres infectados, ya sea de forma activa mediante la puesta en marcha de protocolos de bioseguridad o favoreciendo el servicio gratuito y de enorme valor ecológico y sanitario que nos prestan las aves carroñeras. Además, el modelo muestra que la implementación temprana de estas medidas de control recudiría los niveles de infección en escenarios de alta densidad de jabalí y que, en algunas situaciones, evitaría incluso que la peste porcina africana se establezca.

La peste porcina africana es una enfermedad vírica letal y altamente contagiosa que afecta al cerdo doméstico, al jabalí y a los suidos silvestres africanos. El virus se está expandiendo por el norte y este de Europa, donde constituye una seria amenaza, especialmente para los países que encuentran en el sector porcino un contribuyente destacado de sus economías, como es el caso de España. De llegar aquí, los impactos socioeconómicos y medioambientales serían dramáticos, advierten los investigadores, pues supondría el sacrificio de los cerdos de las explotaciones afectadas y mortalidades en las poblaciones de jabalí que podrían superar el 90 por ciento.

Entender las dinámicas de infección, transmisión y persistencia de la PPA es una prioridad para la seguridad sanitaria de la Unión Europea, ya que esta información es esencial para desarrollar estrategias de control de sus brotes epidémicos y prevenir la expansión de la enfermedad, evitando situaciones de emergencia sanitaria. En este contexto, el aumento constante de la densidad de jabalí en Europa a lo largo de las últimas décadas supone un reto añadido para el control de la PPA, ya que el jabalí es un actor clave de la epidemiología de esta y otras enfermedades infecciosas que podría contribuir notablemente a su expansión.

Por último, los investigadores recuerdan que la alerta sanitaria mundial provocada por la pandemia de la COVID-19 está poniendo de manifiesto la importancia de entender las dinámicas epidemiológicas de las enfermedades infecciosas para prevenir la expansión de brotes epidémicos. “Esta necesidad no se circunscribe a las enfermedades que afectan a los humanos, sino que se abre al mundo de los animales, la fauna silvestre y la biodiversidad, que pueden jugar un papel clave tanto en la transmisión como en la prevención de enfermedades”, explican.

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