‘Planes de Igualdad. Situación actual y retos futuros’. Así se ha titulado el encuentro del que ha sido sede la UAL, en el contexto de que, a pesar de las diversas acciones puestas en marcha para alcanzar la igualdad real entre hombres y mujeres en ciencia y academia, la desigualdad de género sigue existiendo en las universidades y en los centros de investigación tanto públicos como privados. Ante la presencia del expresidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha firmado en el Libro de Honor, en cuya primera legislatura en la presidencia del Gobierno de España se promulgó, la Ley de Igualdad, el rector de la Universidad de Almería le ha agradecido que pusiera “los cimientos para construir una sociedad distinta y sin duda mejor”. Carmelo Rodríguez ha puesto de manifiesto que “vivimos momentos históricos” y que “esa igualdad entre géneros avanza con pasos lentos, pero constantes”, si bien ha advertido de que “siempre existe peligro de ciertos retrocesos”, como consecuencia de los cuales “todavía encontramos espacios en los que la desigualdad se manifiesta de forma acentuada”.
No ha dudado en trasladarlo, durante su intervención inaugural, al entorno académico, “aunque se ha avanzado notablemente en los últimos años, el techo de cristal es aún patente, presentando un significativo desequilibrio entre mujeres y hombres en puestos de responsabilidad”, ha dicho. Firme en su exposición, Rodríguez Torreblanca ha añadido que “sigue existiendo desequilibrio entre la distribución del alumnado, siendo mayor el número de varones en las carreras STEM, mientras que un mayor número de mujeres optan por carreras relacionadas con el cuidado, la educación o la salud”, lo que ha definido como “segregación horizontal también, presente en la distribución del profesorado en base a los roles de género asignados”. Como consecuencia, se ha referido a que “la brecha salarial también se manifiesta en la universidad”, todo ello “sumado a la necesidad de conciliar vida académica, laboral, personal y familiar”. En su dibujo de situación, “negar la realidad no es propio del entorno universitario, y nuestra realidad es esta, hoy por hoy”.
Eso sí, el rector ha hablando de “semilla de la esperanza” por el “proceso de toma de conciencia de si mismas que muchas mujeres han iniciado y que es ya imparable”. Ha precisado no referirse a “ningún relato excluyente ni de visión segregadora de la realidad, sino ruptura de estereotipos”, yendo más allá de la legislación porque “la Universidad de Almería asume un imperativo ético de avanzar, en sus políticas y en sus prácticas, hacia la igualdad de género en todos los ámbitos”.
Agradecido por la invitación, Zapatero ha ensalzado el papel de las universidades: “La medida de un país es su investigación, su conciencia cívica, su aprecio y cuidado de la educación, y no es por ello anecdótico ni casual que las instituciones que más han perdurado a lo largo de la historia sean precisamente las universidades”. Ha declarado que lo que las caracteriza es “la capacidad de prolongación en el tiempo, superando siglos, regímenes políticos, como grandes instituciones por su predisposición natural a mirar a largo plazo (…) y abrazar en las aulas la tendencia al sosiego, a la templanza, a la serenidad y a la reflexión”. Ha definido esta cercanía con AMIT como una “experiencia enriquecedora”, porque “siempre que uno está en un ambiente de personas cultas, formadas y sensibles, le dejan huella y le abren nuevos horizontes”. Adela Muñoz, presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, ha recordado el momento, el 15 de marzo de 2007, en el que Zapatero dijo en el Parlamento “hoy es el primer día de una sociedad distinta” y se dieron las bases legales para la creación de las Unidades de Igualdad.
Así, la cita en la UAL es reflejo de que, desde su creación, “han trabajado en red para optimizar el uso de los recursos y el esfuerzo que cada universidad dedica a las políticas de igualdad”. Así, “Zapatero tenía razón y el camino ha sido largo, requiriendo el esfuerzo de muchas personas”, si bien hay mucho por hacer, justo en lo que trabaja AMIT, “una organización abierta a aquellas mujeres y hombres que desempeñan su labor profesional en el ámbito de investigación científica y técnica, con 18 años de vida y que entre sus objetivos tiene promover la igualdad entre mujeres y hombre en el acceso a la actividad investigadora, sensibilizar a nuestro entorno y a la sociedad en general sobre la situación de discriminación, conseguir la igualdad de oportunidades a lo largo de carrera científica para las mujeres investigadoras y tecnólogas y elaborar recomendaciones”. El programa previo a la asamblea anual, en sesión vespertina, ha tenido la conferencia ‘¿Puede una feminista ser (buena) investigadora?’, impartida por Eulalia Pérez y presentada por Josefa Masegosa, ambas del CSIC, y la mesa redonda, moderada por la vicerrectora Maribel Ramírez, ‘Igualdad en la Universidad y Centros Públicos de Investigación: ¿cuánto hemos avanzado?’.