Los trabajos arqueológicos, que finalizan esta semana en El Burgo de Ebro, se retomaron a principios de julio tras una década de interrupción
El investigador del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de Unizar Borja Díaz codirige la campaña junto al arqueólogo Alberto Mayayo
El pasado mes finalizaron las excavaciones arqueológicas en el importante yacimiento romano-republicano de La Cabañeta (El Burgo de Ebro, Zaragoza). Los trabajos se retomaron este mes de julio, tras casi una década de interrupción, bajo la dirección del investigador del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza, Borja Díaz Ariño, y del arqueólogo Alberto Mayayo Catalán.
En La Cabañeta se encuentran los restos de una ciudad fundada por los romanos en el último tercio del siglo II a.C., cuyo nombre antiguo se desconoce por el momento. La ciudad tuvo una vida efímera, ya que seguramente fue destruida de manera violenta durante las Guerras Sertorianas, en la década de los 70 del siglo I a.C. “Este dramático acontecimiento ha contribuido a convertirla en uno de los yacimientos clave para el conocimiento de la presencia romana en el interior de la península ibérica en la fase inmediatamente posterior a la derrota de los celtíberos en Numancia”, señala Borja Díaz.
La excavación de este año se ha ocupado de la parte central del yacimiento, donde se han localizado los restos de una enorme plaza enmarcada por un pórtico doble cubierto con tejas de cuidada factura al que se abren una serie de habitaciones (‘tabernae’), tal vez destinadas a actividades de carácter comercial. “Se trata de un hallazgo de excepcional importancia, no solo por sus dimensiones y complejidad arquitectónica, sino por tratarse de la plaza forense más antigua encontrada en el interior de la península ibérica hasta la fecha, cuyo descubrimiento contribuirá a transformar de manera radical nuestro conocimiento de la fase inicial de difusión de los modelos arquitectónicos romanos en Hispania”, explica Borja Díaz.
Los trabajos sistemáticos en el yacimiento, catalogado como Bien de Interés Cultural, se iniciaron a comienzos de los 2000 gracias al empeño del arqueólogo Antonio Ferreruela Gonzalvo y del profesor de la Universidad de Valladolid José Antonio Mínguez Morales.
Las distintas campañas de excavación dirigidas por Ferreruela y Mínguez permitieron sacar a la luz los restos de un interesante edificio de almacenes, probablemente utilizado como sede de una asociación de mercaderes itálicos, según se infiere de la inscripción que presidía una de sus habitaciones, así como unos baños públicos acompañados de una gran palestra, que se cuentan entre los conjuntos termales romanos de época republicana mejor conservados de todo el Mediterráneo occidental.
Durante esta semana, el actual equipo de excavación continúa con el trabajo de catalogación, limpieza y estudio de los materiales recuperados, labores que se están realizando gracias a la colaboración de estudiantes del Grado en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, así como de voluntarios de la Asociación de Amigos de La Cabañeta, y han contado con la financiación del Ayuntamiento de El Burgo de Ebro, de la Diputación General de Aragón y del Grupo de Investigación Hiberus, perteneciente al Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH).