Artículo de
Sergio Fuentes Antón
Universidad de Salamanca
La Amanita muscaria, la seta alucinógena más utilizada a lo largo de la historia, comparte con Papá Noel algo más que los colores rojo y blanco de su vestimenta.
La famosa seta psicotrópica tan utilizada en rituales, está unida al origen de la leyenda de Papá Noel, y es una buena razón, salvaguardando el poder de la imaginación, para ver un trineo de renos voladores con un amable hombre mágico abordo, cargado de juguetes.
El hongo y los rituales de adoración
La historia de Amanita muscaria es tan antigua como su relación con el hombre. Son muchas las evidencias en la literatura donde el consumo de esta particular seta se relaciona con el género Homo.
Especialmente destacable es la relación que tiene el hongo con rituales de adoración, como el culto a Quetzalcoatl o los rituales chamánicos en varios puntos del mundo.
Al igual que es bien conocido su poder alucinógeno y el peligro que conlleva el consumo de esta seta, muchas tribus supieron tratarla para evitar ser víctimas de sus nocivos efectos.
Debemos mencionar aquí el concepto de soma, empleado por los sacerdotes hindúes, el cual era considerado un dios en sí mismo, en vez de ser un mero vehículo hacia lo divino como otros narcóticos.
Los sacerdotes hindúes tenían suficiente conocimiento como para eliminar, o al menos minimizar, el daño de las toxinas de la seta sobre su cuerpo.
Si la Amanita muscaria era comida y luego se recogía la orina de la persona que la había consumido, el líquido obtenido conservaba la capacidad psicoactiva de la seta, sin la toxicidad asociada a la misma. Muchos esclavos eran obligados a consumir la matamoscas (como también se la conoce) para que sus riñones e hígado filtraran las toxinas.
De esta manera, los sacerdotes podían disfrutar de las alucinaciones místicas sin perjuicio para su cuerpo.
Pero ¿en qué momento de la historia estas extrañas prácticas relacionaron a la Amanita muscaria con Papá Noel? Pues nada más y nada menos que con el uso que acabamos de relatar.
Papá Noel y la orina de los renos
Ambos protagonistas presentes en el título de este artículo comparten algo más que los típicos colores navideños rojo y blanco.
En Siberia, desde hace cientos de años, son muy comunes tanto las granjas de renos como la Amanita muscaria. Estos animales se ven atraídos por dicha seta, que les resulta muy sabrosa y, tras comerla, también experimentan ciertos estados alterados.
Las tribus siberianas sabían que, una vez filtrada la toxina de la seta, podían beber la orina del comensal y disfrutar de unas alucinaciones menos perjudiciales. En este caso, la orina provenía de los renos que comían la famosa matamoscas.
De este modo, no tardaron en surgir historias acerca de renos voladores, muy probablemente debido a las alucinaciones de quien bebía la orina adulterada.
Gnomos y símbolos de buena suerte
Ya tenemos una respuesta a por qué los renos de Papá Noel pueden volar tirando de su trineo. Pero ¿qué más historias relacionan a Santa Claus con esta particular Amanita?
En muchas postales navideñas y cuentos infantiles es común ver esta colorida seta. Y es que otro de los puntos que relacionan la matamoscas con la Navidad se debe al hecho de que el hongo se desarrolla gracias a la asociación con árboles como pinos o abetos, entre otros.
Por ello, no es raro verla dibujada en las típicas estampas navideñas bajo estos árboles, tan populares en estas fechas. Sin mencionar que su sobrenombre, seta de los enanitos, le hace verdadera justicia ya que suele ir acompañada de gnomos y otros seres de fantasía como los nisse.
El Nisse con su cabra repartiendo regalos
Según el folclore nórdico, los nisse son unos seres mitológicos con aspecto de gnomos, asociados al solsticio de invierno y la época navideña. Según las tradiciones norteñas, el nisse acompañado de la cabra julbock va de puerta en puerta ofreciendo regalos.
Lo más curioso es que este pequeño gnomo, a menudo representado como Papá Noel, además de regalos trae Amanita muscaria para consumir y celebrar el solsticio de invierno.
Lo único que no cuadra en la mitología es que este tipo de setas no crece en invierno. ¿De dónde viene entonces la fuerte relación con la Navidad y Santa Claus?
El micólogo Greg Marley, en su libro Chanterelle Dreams, Amanita Nightmares: The Love, Lore, and Mystique of Mushrooms, relata que Amanita muscaria era considerada por varias tribus europeas como un símbolo de buena suerte.
Estas tribus secaban las setas para almacenarlas y poder consumirlas en invierno y celebrar con ellas el ritual pagano del solsticio de invierno. De esta manera según sus creencias, atraían la suerte para el año venidero.
No cabe duda que Amanita muscaria tiene una gran relación con la imaginería navideña y Papá Noel. Incluso, si pensamos en el color de la mayoría de regalos que esperan bajo el árbol en Navidad, nos daremos cuenta del enorme paralelismo que existe entre la situación de los regalos, la seta y su desarrollo.
Artículo de
Sergio Fuentes Antón
Profesor de Didáctica de las Ciencias Experimentales, Universidad de Salamanca.