En la India aparecieron seis nuevos casos de enfermedad por este virus, dos personas fallecieron, y el foco de contagio, igual que en el SARS-CoV-2 es un murciélago. Su letalidad es alta, y según los expertos consultados por la Agencia de Noticias UNAL, hace falta investigación en su capacidad de mutar y en si es posible que existan otros casos en el mundo, por lo que se necesita de un mayor compromiso internacional e inversión para encontrar vacunas y tratamientos posibles.
Según el médico infectólogo Jorge Alberto Cortés, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), el 30 % de los casos se han dado en trabajadores de la salud, por un mal manejo de la prevención frente a la enfermedad o por las condiciones del sistema de salud; y aunque asegura que “podría ser posible que llegue a Colombia, la probabilidad es muy baja, ya que su letalidad hace que se contenga por sí misma, aunque la enfermedad puede sobrevivir por varias semanas”.
Además recuerda la epidemia por Ébola que se registró en 2014, que fue similar a la que está ocurriendo hoy, con una letalidad entre el 40 y 50 %, y en la que hubo una fuerte alarma por un caso que llegó a los Estados Unidos en su momento, pero que fue contenida por ese rasgo contundente de la enfermedad. Sin embargo, asegura que “aún hace falta entender mucho mejor cómo se desarrolla el Nipah, cómo muta y cómo se comporta en distintas zonas geográficas”.
Por su parte, el profesor Carlos Álvarez Moreno, especialista en Infectología de la UNAL, asegura que “la transmisión es otro factor que hace difícil que ocurra una pandemia o un brote generalizado en el mundo, debido a que, aunque su letalidad es de 50 a 70 personas por cada 100, diferente al COVID-19, que era de 6 a 10 personas, el contagio tiene que darse de manera directa con otras personas infectadas o con excreciones de animales como los cerdos”.
Aunque el virus no es nuevo se requiere que los países desarrollados inviertan en el entendimiento de la enfermedad, y que cobre fuerza la prioridad y alarma que ha hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Salud Animal, para tener una vacuna o tratamiento que hoy no existe, aunque la enfermedad ha existido desde hace más de 20 años.
Este debe su nombre al lugar en donde se registró el primer caso en 1998, Kampung Sungai Nipah (Malasia), pertenece al género Henipavirus, un grupo que tiene en común el que animales como cerdos y caballos puedan infectar a los seres humanos, todo debido a un tipo de murciélago que se alimentan de fruta y que son el huésped favorito del virus.
Luego de la pandemia por COVID-19 en 2020, es inevitable que cualquier aumento de casos de algún virus no genere alarmas, pues, aunque parece que se está lejos de la India, hoy se estima que todos los días se realizan cerca de 100.000 vuelos en el mundo, ya nada parece descabellado.
En humanos se da por el contacto directo con la orina y las secreciones de cerdos, que son la principal fuente de contagio, aunque también por saliva o sangre de personas infectadas. Los síntomas iniciales son muy variados, pero los principales son fiebre, dolor de cabeza, meningitis o temblores y espasmos, y la encefalitis mortal (inflamación del cerebro) el más grave.
Según información del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el Nipah puede tener una mortalidad de entre el 40 y 70 %, según las medidas de vigilancia y gestión en salud que se tomen; por el momento, de los seis casos que se han registrado en la India este año dos personas han fallecido.
Aunque la mayoría de los casos se han dado en Malasia, también se han reportado en Australia, Bangladesh (tuvo dos epidemias), Camboya y la India. Este último país es el foco de la enfermedad con los casos presentes en el estado indio de Kerala, lugar en donde, según la OMS, este es el cuarto brote que se ha presentado.
Otro punto determinante al que se refieren los expertos de la UNAL es que la enfermedad es producto de un avance del ser humano en la naturaleza, esto quiere decir que no son los animales quienes vienen a nosotros, sino al contrario, con la gran expansión urbana, de construcción y de daño al medioambiente presente hace muchos años, problema que se acentúa en países como la India, el más poblado del mundo, con alrededor de 1.428 millones de habitantes.
El médico Cortés indica que “por eso vuelven a aparecer este tipo de virus, lo cual es similar a lo que ha ocurrido con la fiebre amarilla, que ya casi no existe en Colombia, pero que en personas expuestas directamente a muchos animales en contextos como el ganadero o que están en algunas zonas rurales vuelven a presentarse casos”.
“Tener una vacuna puede tomar tiempo, igual que sucedió con el COVID-19, que tomó más de un año, y aún hoy siguen cuestionándose sus efectos, por lo que se necesita de un compromiso mayor y de más investigación”, concluye el infectólogo.
Fuente: Agencia UNAL