La baja densidad mineral ósea es diagnosticada en hasta dos tercios de los supervivientes de cáncer pediátrico. Factores directos como la exposición a la radioterapia, e indirectos, como los niveles bajos de actividad física, afectan a la densidad mineral ósea de esta población. Ahora, un equipo de la Universidad de Granada (UGR) vincula los problemas en los huesos también con los déficits de fuerza muscular.
Un equipo liderado por Luis Gracia Marco, de la Facultad de Ciencias del Deporte de la UGR, analizó la prevalencia de déficits de fuerza muscular de la parte superior e inferior del cuerpo en jóvenes supervivientes de cáncer pediátrico, en comparación con población de referencia a nivel internacional (FitBack network), para así examinar sus asociaciones con la densidad mineral ósea del cuerpo total, cadera total, cuello del fémur y columna lumbar.
Los resultados señalaron que más de la mitad de los supervivientes de cáncer pediátrico tuvieron déficits de fuerza muscular. El 57-60% de ellos estaba dentro del primer y segundo decil de referencia de la parte superior e inferior del cuerpo.
Además, el estudio reveló que los déficits de fuerza muscular de la parte superior del cuerpo se asociaron significativamente con una menor densidad mineral ósea en todas las regiones, y resultados similares fueron encontrados para la fuerza muscular de la parte inferior del cuerpo.
Tal y como señala Andrés Mármol Pérez, autor principal del estudio, los hallazgos sugieren que los déficits de fuerza muscular, tras completar los tratamientos anticancerígenos, podrían anticipar una considerable disminución de la densidad mineral ósea. Esto resulta relevante, ya que la detección temprana de déficits de fuerza muscular podría ayudar a los jóvenes supervivientes de cáncer con una baja densidad mineral ósea ser identificados antes.