Este salto cuantitativo se debe principalmente al cultivo de tomate, que de las 3.150 hectáreas en control biológico de la pasada campaña, pasará hasta 7.350 (un 130% más), prácticamente dos tercios de la superficie dedicada a esta hortaliza en la provincia. Además del tomate, también está previsto que se incremente la superficie de cultivo en control biológico de berenjena (unas 1.220 hectáreas), judía (130), pepino (2.660) y pimiento (7.850 hectáreas). La superficie prevista de calabacín es de unas 870 hectáreas, mientras que la de melón estará en torno a las 3.000 y las de sandía rondará las 2.500 hectáreas.
El incremento de la superficie de tomate cultivada con control biológico en la lucha contra las plagas y las enfermedades supondrá una considerable reducción de los tratamientos con productos fitosanitarios. En la campaña 2011-2012, según datos de la Delegación de la Consejería, las 3.150 hectáreas de tomate en control biológico supusieron un ahorro de 55% en productos fitosanitarios.
Para extender los métodos de control biológico a la mayor parte de la superficie de cultivos intensivos, los agricultores almerienses y la Junta de Andalucía han realizado una inversión conjunta de más de 120 millones de euros desde el año 2007, inversión de la que en trono a unos 45 millones han sido aportados por la Consejería y la Administración central, según destaca el delegado provincial de Agricultura, José Manuel Ortiz.