Una variante atenuada del virus causante de la fiebre del Valle del Rift se revela como posible candidato vacunal frente a la enfermedad en humanos

Investigadores del Centro de Investigación en Sanidad Animal (INIA- CISA) han obtenido los virus atenuados utilizando un fármaco antiviral

Investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal (INIA-CISA).

La fiebre del Valle del Rift (FVR) es una enfermedad viral zoonótica emergente de gran impacto económico en sanidad animal que puede también afectar a los humanos con distinta severidad y con un cierto porcentaje de muertes. Aunque actualmente está limitada al continente africano y al sur de la península Arábiga e islas del Océano Índico, existe el riesgo de que se extienda hacia otras áreas geográficas, por eventos ligados al cambio climático y la globalización. 

Por ello, la Organización Mundial de la Salud incluye a la FVR en su lista de enfermedades prioritarias por su “enorme riesgo para la salud pública debido a su potencial epidémico y la carencia o insuficiencia de medidas de control “.

En África se dispone de vacunas contra la FVR para uso veterinario, pero a pesar de las campañas de vacunación se siguen produciendo brotes que son el origen de los casos en humanos. Sin embargo, aún no se dispone de una vacuna autorizada para uso humano, ni siquiera para poblaciones de alto riesgo expuestas al contagio en los países endémicos. El principal problema de las vacunas en uso, basadas en virus vivos atenuados, se asocia a la virulencia residual de las formulaciones empleadas.

Dos investigadores del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) del INIA, Belén Borrego y Alejandro Brun, han caracterizado una variante del virus de la FVR obtenida en el laboratorio por pases seriados en presencia de un agente antiviral. Esta variante, denominada 40F-p8, resultó muy atenuada en ratones inmunodeficientes extremadamente sensibles a las infecciones virales, sin ver alterada su capacidad para inducir una respuesta inmune protectora en ratones inmunocompetentes.

Además, han identificado un número de mutaciones específicas a lo largo del genoma viral que pueden ser potenciales determinantes de virulencia. Por todo ello, el virus 40F-p8 caracterizado podría constituir la base de una nueva cepa vacunal con unos parámetros de seguridad no descritos previamente, lo que ha sido objeto de una primera solicitud de patente.

Internacional e hispanismo: José Antonio Sierra.

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