Una prueba más sencilla para detectar microplásticos en los pulmones

La Fundación Séneca financia el desarrollo de una metodología que facilitará medir los niveles de microplásticos presentes en los pulmones. Se trata de una prueba pionera, sencilla y no invasiva, que permitirá hacer más estudios sobre la presencia de estos elementos químicos en el organismo humano y establecer su relación con enfermedades neumológicas.

Toma de muestras mediante la técnica de esputo inducido.

La medición de los niveles de microplásticos alojados en nuestros pulmones resulta clave para establecer si estas micropartículas, que entran en nuestro organismo a través de las vías respiratorias, están detrás de las enfermedades neumológicas. Por el momento, se sospecha que sí tienen que ver, ya que los niveles de microplásticos encontrados en los pulmones de personas enfermas son elevados. Pero se necesitan estudios para confirmarlo y, sobre todo, una metodología que ayude a determinar con exactitud la cantidad de polímeros y otras sustancias derivadas del plástico alojadas en los órganos fundamentales del sistema respiratorios.

El método actual para determinar la presencia de microplásticos en los pulmones es la técnica conocida como el lavado broncoalveolar. Sin embargo, se trata de un método complejo, para cuya realización se necesita anestesiar a los pacientes y solamente se practica en casos de personas que padecen una enfermedad neumológica. Como alternativa, existe la técnica de esputo inducido, mucho más sencilla y menos invasiva, pero sus resultados todavía no son del todo fiables.

Ahora, con fondos de la Fundación Séneca de la Región de Murcia, un equipo de investigación de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), liderado por Francisco Javier Bayo, trabaja en el desarrollo de una metodología basada en el esputo inducido, para determinar con exactitud el volumen de microplásticos alojados en el interior de los pulmones.

Toma de muestras mediante la técnica de esputo inducido.

Una prueba sencilla para determinar con precisión los niveles de microplásticos en los pulmones

El equipo de Francisco Javier Bayo trata de desarrollar un protocolo pionero, para obtener unos resultados precisos de la presencia de microplásticos en los pulmones y que no se vean afectados por la contaminación por otros microplásticos que se adhieren a la muestra durante el proceso.

«Trabajamos en el diseño de una metodología estandarizada para el campo de la neumología, porque hemos detectado que los pacientes con algún tipo de enfermedad neumológica tienen también niveles de microplásticos importantes», explica Francisco Javier Bayo. Para el desarrollo de esta metodología, el grupo de la UPCT, adscrito al área de Tecnologías del Medio Ambiente, se basa en un estudio previo sobre la detección de microplásticos en muestras obtenidas mediante la técnica del lavado broncoalveolar. Ahora tratan de correlacionar los resultados obtenidos en esta prueba tan compleja, con los logrados mediante la del esputo inducido, mucho más sencilla y que se puede practicar también en personas sanas.

Tanto el lavado broncoalveolar como el esputo inducido aportan información sobre el tracto respiratorio inferior y con ambas pruebas se logra una imagen de los microplásticos presentes en los pulmones. Sin embargo, el esputo inducido presenta un problema.

Con la prueba de esputo inducido se obtienen una muestra de los microplásticos alojados en las zonas más profundas de los pulmones, pero en las muestras también están presentes restos de mayor tamaño, que por lo general se alojan en la boca y en la lengua. Esta contaminación de la muestra ofrece unos resultados poco precisos, que complican la labor de los facultativos, a la hora de poder establecer relaciones entre la presencia de microplásticos y el desarrollo de una enfermedad en el sistema respiratorio y pulmones.

Botes esterilizados con una técnica especial.

Cómo se está desarrollando esta metodología nueva

Para el desarrollo de la metodología, las muestras de pacientes se recogen en el Hospital Universitario de Elche, en unos envases especiales facilitados por el equipo de Francisco Javier Bayo. Estos recipientes han sido sometidos a un proceso de esterilización avanzado y calentados a más de 200 grados, para asegurarse de que no queda ningún tipo de microplástico en el envase.

Una vez que la muestra ha sido recogida bajo unos protocolos para evitar cualquier tipo de contaminación con microplásticos del ambiente, llega al laboratorio de la UPCT, donde se somete análisis avanzados. «Hacemos una primera visualización de la muestra, en la que nos fijamos fundamentalmente en el tamaño, la forma, el color, y el análisis más profundo para determinar si es un polímero o no se realiza en la Universidad Autónoma de Madrid».

En la actualidad, el proceso de análisis de las muestras resulta algo engorroso porque hay que trasladarla a dos laboratorios diferentes. Los investigadores detrás de este proyecto de la Fundación Séneca pretenden estandarizar todo el proceso y que éste pueda llevarse a cabo en los laboratorios de los propios hospitales.

La variedad de pacientes del Hospital de Elche participantes en este estudio es muy amplia: hombres, mujeres, personas fumadoras, trabajadores de la industria, funcionarios…

Francisco Javier Bayo.

Qué personas presentan una cantidad mayor de microplásticos en sus pulmones

«Hemos encontrado que las personas que tienen ocupaciones de interior, como en fábricas de calzado, oficinas… tienen unos niveles mayores de microplásticos. También hemos detectado que las personas fumadoras presentan una concentración más elevada de celulosa, y estamos convencidos de que proceden del filtro de los cigarrillos», explica Francisco Javier Bayo.

Tras los estudios de las muestras, los investigadores se han dado cuenta de que las personas que habían trabajado en el sector del calzado, que en Elche emplea a miles de personas, presentaban una cantidad de partículas de microplástico presentes en los materiales empleados en la fabricación de zapatos. Por lo que es fácil concluir que el tipo de ambiente en que se desarrolla la actividad laboral o se habita, determina también no solo la cantidad, sino también la tipología de los polímeros alojados en el interior de los pulmones.

A lo largo de esta investigación se están tomando muestras también a personas sanas, para conocer qué cantidad de microplásticos se alojan en sus pulmones, y poder relacionar estos resultados con variables medioambientales y ocupacionales.

De esta investigación nacerá un protocolo y un equipamiento para realizar análisis pormenorizado de situaciones laborales específicas, como el estudio de trabajadores de cultivos bajo plástico en comparación con agricultura convencional, empresas agroalimentarias de envasado, empresas del sector textil y del calzado o empresas de carpintería metálica y de PVC», explica el investigador de la UPCT.
Asimismo, este aportará información para la elaboración de planes de acondicionamiento y monitorización de riesgos laborales en entornos con riesgos elevados de inhalación de estos microplásticos.

Si todos los ensayos resultan como se espera, la metodología para determinar la presencia de microplásticos en muestras obtenidas mediante esputo inducido estará lista a finales de 2025. A partir de entonces, las autoridades sanitarias dispondrán de una herramienta muy potente y única en el mundo, para estudiar la incidencia de los microplásticos que respiramos sobre nuestra salud.