Más allá de Neptuno orbitan los objetos transneptunianos (o TNOs, de su nombre en inglés), un grupo de objetos helados con algo de roca entre los que destaca Plutón, como el de mayor tamaño. Situados a más de treinta veces la distancia entre la Tierra y el Sol, los TNOs constituyen los fósiles de la nebulosa solar primigenia que dio origen al Sistema Solar, y su estudio aporta información muy valiosa sobre cómo se formaron y evolucionaron los planetas y satélites.
Entre los cien transneptunianos conocidos de mayor tamaño, se encuentra Huya, un TNO descubierto en el año 2000 y que en 2019 fue objeto de una campaña internacional de observación sin precedentes liderada por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC). Los resultados de esta campaña, publicados recientemente, ofrecen una caracterización de las propiedades físicas de Huya con una precisión única hasta la fecha.
Los objetos transneptunianos resultan muy difíciles de estudiar debido a su reducido tamaño angular en el cielo, a su bajo brillo y a las enormes distancias que nos separan de ellos. Un método muy eficaz pero complejo reside en estudiar las ocultaciones estelares, que consisten en la observación del paso de estos objetos por delante de las estrellas de fondo. Este método permite determinar sus características físicas principales (tamaño, reflectividad superficial, forma, incluso densidad), así como la posible presencia de satélites, anillos, e incluso indicios de una posible atmósfera, pero implica la observación simultánea del fenómeno de ocultación desde telescopios repartidos en diferentes puntos del planeta.
“Para la ocultación estelar de Huya del 18 de marzo de 2019 se puso en marcha una campaña sin precedentes en la que participaron casi medio centenar de telescopios, tanto profesionales como amateur, localizados en diferentes emplazamientos de Europa y Asia”, declara Pablo Santos Sanz, investigador del IAA-CSIC y primer autor del trabajo publicado en la revista Astronomy & Astrophysics. “La ocultación estelar se logró detectar en 21 de estos telescopios, lo que la convierte en la de mayor número de detecciones para un transneptuniano publicada hasta la fecha. Esto nos ha permitido obtener la mejor caracterización física del TNO Huya que tenemos a día de hoy”.
Gracias a los datos obtenidos en esta campaña se ha calculado el tamaño de Huya con precisión de kilómetros, resultando un diámetro de 411 kilómetros, compatible con el obtenido con otras técnicas observacionales. Además, se ha logrado un valor muy preciso de su reflectividad superficial (albedo), así como una estimación de su forma tridimensional y de su densidad.
“No hemos detectado anillos alrededor de Huya, pero esto no significa que Huya no pueda tener anillos muy estrechos u ópticamente delgados”, señala Pablos Santos Sanz, que ya en 2017 participó en la detección del primer anillo alrededor de un objeto transneptuniano, el planeta enano Haumea.
Tampoco se han detectado evidencias de una atmósfera alrededor de Huya, pero los datos permiten establecer un límite superior para la misma de unos 10 nanobares, lo que indica que si Huya posee una atmósfera esta sería extremadamente tenue, y por tanto, indetectable mediante esta campaña de ocultación.
“Este trabajo es un nuevo ejemplo de la tremenda potencia de la técnica de ocultaciones estelares a la hora de caracterizar desde tierra estos fósiles del Sistema Solar con una precisión comparable a la obtenida desde una misión espacial”, concluye Pablo Santos Sanz.