Las costas de Melilla, Granada, Almería y Málaga serían las más afectadas si en el Mar de Alborán se gesta un tsunami. En cuestión de doce minutos, toda la fuerza generada en el mar llegaría a tierra y produciría daños de elevada consideración. Éstas son algunas de las conclusiones alcanzadas por el grupo EDANYA, de la Universidad de Málaga, tras aplicar cálculos matemáticos a estos fenómenos.
El origen de un tsunami se puede encontrar en un seísmo de intensidad elevada, tal y como ha ocurrido en Japón hace ahora un mes, o debido a un deslizamiento de de sedimentos o materiales sólidos submarinos.
Es este segundo caso el más probable dentro de la zona de Alborán, una zona de elevada actividad sísmica, pero donde los terremotos no alcanzan mucha intensidad, pero suficiente para causar deslizamientos de sedimentos y generar un tsunami. El punto más caliente en este sentido es el Cañón Abanico de Alborani, al sur de la isla, y en el que se está haciendo esta simulación.
El resultado de esta simulación es un tsunami “muy diferente” a los que suelen aparecer en televisión, con olas no tan grandes ni devastadoras, pero que tardarían menos en alcanzar la costa no por su velocidad -que en el Océano Pacífico es de 700 kilómetros por hora, como un avión comercial- sino porque es un mar pequeño.
Por ello, los tiempos de respuesta “deben ser muy cortos” ya que en doce minutos la ola entraría en Marruecos, luego en Melilla, en veinte minutos alcanzaría Granada y Almería y en cuarenta Málaga.
El nivel de penetración de las olas, con una onda de unos cincuenta centímetros, varía según la orografía del terreno, pero en la costa andaluza, donde se centra la investigación, oscilaría entre los 100 y 300 metros.