La Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en Almería ha entregado un un pollo de águila perdicera (Águila de Bonelli) a un centro de adaptación al medio de rapaces, en Madrid. Se trata de la segunda cría de esta especie de ave rapaz que aporta la provincia en el último mes, y como en el caso del primer pollo -una vez que pueda volar y cazar- se enviará a Navarra, una de las zonas de España donde esta especie está peligro. Este segundo pollo ha sido recogido de un nido localizado por los Agentes de Medio Ambiente de Almería en el término municipal de Serón.
Almería, junto a las provincias de Jaén, Granada y Málaga, participa en el proyecto ‘Life Recuperación integral del águila de Bonelli en España’, ya que, según destaca el delegado territorial, José Manuel Ortiz, es una de las zonas de España con mayor presencia de estas aves. ‘Life’ es un proyecto de la Comisión Europea, que tiene como objetivo mejorar el estado de conservación del águila perdicera en Navarra, Álava y Madrid -donde esta especie está sometida a un severo declive-, así como para su reintroducción en Mallorca, isla donde se extinguió recientemente. Para el desarrollo del proyecto, la Consejería de Medio Ambiente cuenta con el apoyo logístico del Grupo para la Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa).
Seguimiento
La Consejería se encarga de realizar un seguimiento de la población reproductora y de la cesión de los pollos que se extraigan de los nidos. El proyecto Life también contempla la cesión de águilas recuperadas en los Centros de Recuperación de Especies Amenazadas.
En el caso de los pollos que se extraigan de nidos para su reintroducción, los agentes de Medio Ambiente se encargan del seguimiento de las parejas reproductoras, así como de facilitar la selección de los nidos susceptibles de realizar dichas extracciones. Las localizaciones de las parejas de águilas se iniciaron en enero y febrero; entre febrero y marzo se localizaron los nidos; y a lo largo de los meses de abril y mayo se están realizando los trabajos de control de la evolución de los pollos, que a partir de los 35 días de edad pueden ser extraídos para su reforzamiento o reintroducción.