Un trabajo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado a través de un novedoso experimento, basado en un estudio de campo, los sesgos de género en la evaluación de la financiación de la investigación. El estudio, que se publica en la revista Quantitative Science Studies y está financiado por la Unión Europea y la Junta de Galicia, señala que hay una tendencia a que se reduzcan las brechas de género en este ámbito.
En todos los países existen evidencias de que sigue habiendo diferencias de género en muchas dimensiones de la producción científica. Las mujeres muestran niveles de solicitud de proyectos, tasas de éxito y niveles de financiación de la investigación más bajos que los hombres. Además, en muchas carreras STEM hay una menor proporción de investigadoras y es menor el porcentaje de mujeres en la cima de las carreras como catedráticas o en universidades de gran prestigio. En general, ellas tienen una promoción profesional más lenta, obtienen cátedras especiales de menor prestigio, muestran patrones de publicación y citación más débiles, tienden a colaborar menos y obtienen mayores tasas de rechazo en las revistas científicas.
Se reduce la brecha de género en la evaluación de investigadores
En algunos de estos ámbitos, sin embargo, parece que se tiende a la disminución de las brechas de género. Esto es lo que señalan las últimas investigaciones de Laura Cruz Castro y Luis Sanz-Menéndez, ambos investigadores del CSIC en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos (IPP-CSIC). En su nuevo trabajo, los científicos se preguntaron si se evalúa de manera diversa a los Investigadores Principales (IP) femeninos y masculinos y si hay diferencias en las valoraciones de los evaluadores en función de su propio sexo.
“Contrariamente a algunas investigaciones previas, el principal resultado empírico de nuestro experimento es que el género del solicitante no pudo verse como la causa directa de una calificación más alta o más baja de la solicitud de financiamiento en los resultados de la revisión por pares”, según señala Sanz-Menéndez. Por otra parte, se ha descubierto que “los revisores femeninos y masculinos difieren en sus evaluaciones: los revisores masculinos califican a los IP masculinos y femeninos con casi las mismas puntuaciones medias, mientras que las revisoras califican ligeramente peor a los IP femeninos que a los IP masculinos, que son favorecidos”, señala Cruz Castro.
Los estudios experimentales en agencias de financiación de la investigación son poco frecuentes. Los científicos del IPP-CSIC han diseñado una propuesta experimental que se basa en un estudio de campo para medir los efectos del género del IP de una solicitud de financiación de la investigación sobre la puntuación de la evaluación. Los sujetos de estudio fueron los revisores seleccionados por la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Galicia (ACSUG) para evaluar un programa de financiación de la Secretaria General de Universidades de la Junta de Galicia.
El experimento se implementó simultáneamente con la evaluación por pares de la convocatoria de financiación. Para ello se manipuló el ítem de una solicitud ficticia que describía el sexo del IP con dos designaciones: IP femenino e IP masculino. El resto de la solicitud era idéntica. La asignación de los evaluadores a las propuestas se hizo aleatoriamente. Se obtuvo una tasa de respuesta del 100% de la población de evaluadores involucrados en un proceso de financiación de la investigación.