Un camino de baldosas amarillas hasta el Maestro Padilla

Enigmático, ilusionante y mágico. El musical ‘El Mago de Oz’, que se representó este sábado en sesión doble en el Auditorio Municipal Maestro Padilla, como una de las más destacadas citas familiares dentro de la programación del ‘Invierno Cultural’ del Área de Cultura, encantó a grandes y pequeños con una respetada revisión de la novela de Frank Baum y de la película protagonizada por Judy Garland, que la lanzó a la fama mundial. Respetada, pero también personal ya que, con elegancia, el notable elenco de actores de la producción de Mundiartistas incluyó pequeñas modificaciones de guión para hacerla aún más divertida para todos los públicos.

Tras la discusión con su tía Emma, Dorothy despierta en un mundo de ensoñación en el que se fue encontrando, de manera progresiva, con un hada mágica un tanto descocada, un espantapájaros entrañable en el absurdo, un hombre de hojalata inteligente pero en exceso racional y un león “¡cobarde!”, a lo Chiquito de la Calzada, tal y como se definió en su presentación. Los protagonistas conectaron con el público enseguida y juntos viajaron por el camino de baldosas amarillas para dar con el gran Mago de Oz. Un cerebro, un corazón, valor y volver a casa, los objetivos que, a la postre, todos consiguieron, todos ellos con su correspondiente truco de magia, que sorprendieron al público.

Durante el trayecto, los personajes tuvieron que vencer sus limitaciones, más autogeneradas que reales, y también acabar con la malvada ‘Bruja del Oeste’, a diferencia de la original. Entre las escenas más divertidas, un fantástico duelo de voces entre un león desbordante y Dorothy, que acabó repasando casi todos los estilos musicales y finalizando con zapateado flamenco. Más de hora y media de sonrisas, momentos entrañables y algún que otro susto, pero que guiados por la luz interior y la del Arco Iris, acabaron con Dorothy despertando en su cama, con el regalo de los zapatos de rubí que llevaba en su sueño, a la postre no tan irreal.

El musical demostró en Almería el porqué de su buena fama atesorada por sus cinco temporadas en Madrid, en el Teatro Maravillas, el Teatro Coliseum o el Parque de Atracciones, y que también ha pasado por algunas de las plazas más importantes del país, como el Teatro Campoamor de Oviedo, el Teatro Olympia de Valencia, Teatro Principal de Alicante, Gran Teatro de Córdoba, Teatros Coliseum y Paral·lel de Barcelona, varias semanas por las Islas Canarias y dos visitas al Auditorium de Palma de Mallorca.

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