Más de treinta y cinco institutos se han apuntado este año a la Semana de la Ciencia, el mayor evento de divulgación científica de la provincia que se está desarrollando esta semana (del 9 al 13 de noviembre) en Almería. Tubos sonoros o limones que generan electricidad son algunas de las actividades que se pueden descubrir en la carpa que la Universidad de Almería (UAL) ha instalado en el Pasillo Central con motivo de este evento. Astronomía, ‘juguetes con ciencia’, proyecciones, microexposiciones o coloquios son sólo algunas de las propuestas para disfrutar la ciencia.
La mañana del miércoles 11 de noviembre, los alumnos de segundo de bachillerato del Colegio La Salle asistían al coloquio titulado ‘El Cine y la Gestión de Empresas’, en el que, tras una serie de proyecciones de fragmentos de películas, se les pedía a los jóvenes que respondiesen en un folio a una serie de preguntas, de manera que se hiciese un pequeño análisis de aspectos como, por ejemplo, qué es lo que pide la empresa a la hora de seleccionar a sus candidatos, o si existe relación entre el éxito personal y el laboral.
El la carpa del Pasillo Central de la UAL, se encuentran diversas propuestas: ver exposición de astronomía, conocer la UAL a través de paneles informativos acerca de las facultades y titulaciones de la UAL, conocer el viaje de Darwin a bordo del Beagle, ver una sesión de Planetario sobre la formación del Sistema Solar, divertirse con los ‘juguetes con ciencia’ o analizar cómo se presenta la gestión de empresas en el cine mediante un coloquio.
La mañana se desarrollaba de forma tranquila, hubo afluencia de gente pero se pudo circular agradablemente por la carpa. La mayor parte de los visitantes suelen ser alumnos de institutos de la provincia que han venido expresamente a conocer las actividades de esta semana.
El Parque de las Ciencias de Granada ha traído este año tres actividades cuyo objetivo es “acercar la ciencia en general a las personas”, según nos cuenta Paco Álvarez, monitor científico del Parque de las Ciencias. En primer lugar, en la carpa se puede disfrutar del planetario sobre el Sistema Solar, además de toda una colección de “juguetes con ciencia”, esto es, “juguetes que, a través de la comprensión de su funcionamiento, nos hacen comprender los procesos físicos que se producen en nuestra vida cotidiana”. Para ello muestran, entre otros juguetes, unos tubos que, al hacerlos girar rápido, suenan. Esto se debe a que, al aumentar la velocidad por el giro, disminuye la presión del aire dentro del mismo y se produce un efecto sonoro: es el llamado Efecto Venturi, el mismo por el que los aviones pueden volar sin caerse.
En segundo lugar, en la Sala Bioclimática del Edificio A, la Microexposición Científica ‘Faraday. Una vida al servicio de la ciencia y la comunidad’, que prentende conseguir que todo el mundo que visite esta exposición interactiva, salga de ella habiendo comprendido a la perfección cómo y por qué se produce la electricidad, cómo llega la corriente a las casas o cuáles fueron las contribuciones principales de Faraday, entre otros muchos temas.
Rafael López-Gay y Ruth Jiménez son, además de profesores de la UAL del departamento de Ciencias Experiementales de Magisterio, los organizadores de este evento en colaboración con el Parque de las Ciencias. Sin embargo, como cuenta Ruth Jiménez, lo interesante es que son los propios estudiantes de magisterio los que se ofrecen voluntarios para comunicar la ciencia a todo el que visita la exposición, pues “hasta que no intentan explicárselo a alguien, no lo entienden bien ellos y, como van a ser maestros de primaria en un futuro, van a estar completamente capacitados para enseñar la ciencia a sus alumnos”.
Entre otros muchos, hay en la exposición de Faraday un taller sobre la pila de Volta, de manera que tres jóvenes explican a los visitantes cómo se construye y cómo funciona, para después hacer una pila con un limón y, efectivamente, genera electricidad igual que con la pila. Pero ¿cómo es posible? Según explican J. Carlos Fernández, Fco. Javier Rodríguez y Nazareth García, estudiantes de magisterio y encargados de explicar el taller, el truco está en que el limón simplemente sirve para mover las cargas positivas y negativas de los electrodos conectados, debido a la acidez del mismo, y por eso se produce energía de baja intensidad. Normalmente, afirma J. Carlos Fernández, “la gente se sorprende de que un limón, algo tan cotidiano, sirva de pila. Los niños suelen entusiasmarse más que los mayores, pero en general hay buena acogida”.
Finalmente, en el Aulario IV, encontramos una exposición de ‘Maquetas sobre Medioambiente’, que muestran, entre otras cosas, la ubicación geográfica de los recursos y los impactos sobre ellos en la provincia almeriense, así como la desertización y su prevención. Una maqueta llamativa es la de la casa bioclimática, en la que de indica cómo debería ser una casa para ser respetuosa con el medio ambiente. Asimismo, la exposición fotográfica “50 años del vuelo americano” explica visualmente cómo ha ido transformándose el territorio de Almería visto desde el aire.