Tras los pasos del legado romano

Desde la historia antigua, han sido numerosos los pueblos y civilizaciones que han dejado su huella en nuestra provincia. Desde el paleolítico, los primeros hombres dejaron su impronta en Cuevas de Almanzora (la Cueva de la Zájara) y en Vélez Blanco (Cueva de los Letreros). De la época del Cobre destacan el yacimiento de Los Millares, en Santa Fe de Mondújar, situándonos a continuación, en la última etapa de las conocidas como ‘edades del Metal’, la del bronce de la que se conserva el yacimiento de Fuente Álamo en Cuevas del Almanzora.

No sería hasta la llegada de los fenicios, cuando aparecen en la provincia restos industriales con las primeras factorías en Villaricos (Baria) o en Abdera (Adra). De la época romana, existen multitud de vestigios dispersos por toda la provincia.

El yacimiento más interesante es el Cerro de Villavieja, en la localidad de Berja, donde se levantan los restos de la imponente Alcazaba de Villavieja como un observatorio privilegiado de la vega virgitana. A sus pies se encuentran las escasas huellas de un antiguo anfiteatro (aún sin excavar). La Alcazaba es la segunda en extensión de la provincia de Almería y en su conjunto, uno de los siete anfiteatros romanos de Andalucía declarado Bien de Interés Cultural en 1987.

Destacables son también el yacimiento de Murgi y el mausoleo El Daymún y Ciavieja, en El Ejido, los acueductos de Carcauz en Vícar, el puente llamado ‘La Puente’, en Alhama de Almería y los restos de los baños romanos conservados en el Balneario de Sierra Alhamilla (Pechina).

También destacan las factorías de ‘garum’ distribuídas por el litoral almeriense. El garum es una especie de salsa de pescado hecha con las vísceras fermentadas del pescado y considerado por los habitantes de la antigua Roma, como un manjar. Las factorías más importantes se localizan en la costa de la capital como la de Torre García, el Cerro de Montecristo, en Adra y en la antigua Baria, en Villaricos.

Mausoleo romano en Abla.

El Mausoleo Romano de Abla está fechado entre finales del siglo I y el siglo III. Por su tipología y restos arqueológicos hallados en su interior, se trata de una torre funerario romana que se erigió para dar sepultura a algún personaje destacado de la época. Lo más destacable es su interior, donde se encuentra la cripta funeraria. Un espacio que al que se suman, según las excavaciones realizadas en el año 1987, la existencia de un interesante yacimiento, el denominado Alba Bastetanorum, que confirma la gran actividad que tuvo esta zona durante el siglo II, aportando datos sobre la reutilización del espacio a lo largo del siglo IV.   A sus valores históricos hay que añadirle los arqueológicos, lo que años después, le llevó a ser inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Monumento, el Mausoleo Romano de Abla y su entorno, como Zona Arqueológica el yacimiento de Alba Bastetanorum. El vicepresidente de la Diputación Provincial y diputado de Turismo, Javier A. García, asegura que “es muy interesante realizar un recorrido por los restos romanos existentes en la provincia ya que nos permite disfrutar de fantásticos monumentos llenos de historia y que tienen un valor extraordinario para nuestra provincia”.

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