Dos herederos de dos de las más grandes estirpes del flamenco nacional e internacional, se unieron para llevar al público almeriense un recital inolvidable. José Fernández Torres, “Tomatito hijo”, y Quique Morente, el menor de la casa del maestro granadino Enrique Morente, aunaron su arte para demostrar que a su corta edad, ya están preparados para seguir la gran estela que han dejado sus progenitores.
Abrió la velada Tomatito hijo con su guitarra, acompañado de otro guitarrista, un cajón y dos palmeros. El joven hizo gala de una maestría a la guitarra propia y única de su familia. En su manera de tocar, José denota un toque diferente, nuevo, fresco, propio de su juventud. Señal pues de que llegará tan lejos como su padre.
Tras un breve descanso, Quique Morente invadió el Teatro Apolo de la magia que solo un Morente puede alcanzar. Una voz espectacular que, a pesar de la juventud, fue capaz de dejar sin aliento a los asistentes. Rodeado también de los acompañantes de Tomatito, el joven ofreció un repertorio del mejor flamenco con un arte de raza, de categoría.
Unir a estas dos promesas del flamenco ha sido el mayor acierto para este Ciclo de Divulgación del Flamenco. Era el debut oficial de ambos, y los 300 asistentes que llenaban el Apolo anoche confirmaron el éxito con sus jaleos y aplausos. Un auténtico orgullo para los almerienses haber sido testigos de semejante velada.
Con esto se cierra un año más el Ciclo de Divulgación del Flamenco, que nace con el objetivo de llevar a Almería el arte más andaluz para darlo a conocer desde sus entrañas, sus porqués. Y así lo han conseguido las conferencias, mesas redondas, y por supuesto los cantes y toques de grandes maestros como Calixto Sánchez, Parrilla de Jerez, Pansequito, Eduardo Rebollar, y todos los que anoche se subieron a las tablas del Apolo.