No existe nada igual en el mundo ni jamás se ha podido abordar una exploración como la que va a permitir en un horizonte de cinco años. Ese es el tiempo que tardará en desarrollarse el instrumento TARSIS (Tetra-ARmed Super-Ifu Spectrograph) y quedar instalado bajo la cúpula principal de Calar Alto, acoplado al Telescopio de 3.5 metros.
Será entonces, una vez iniciado su uso por parte de los científicos, cuando se inicie otro espacio temporal de otro lustro más, que es el previsto para el proyecto CATARSIS. El uno irá seguido del otro, y sus artífices están reunidos en la Universidad de Almería durante estos dos días, jueves y viernes, copando el foco de atención de la astronomía mundial mientras que lanzan de modo definitivo las líneas de trabajo multidisciplinares, con las que “se revolucionará esta ciencia en los próximos años”, según Diego Luis Valera.
El vicerrector de Investigación de la UAL ha realizado la apertura oficial del proyecto dejando muy claro la extraordinaria relevancia que entraña. “Participamos en un proyecto de casi 8 millones de euros como muestra además de que fomentamos la participación en actividades de investigación con instalaciones científico-técnicas singulares, y el Observatorio es una de las dos únicas de Andalucía, un proyecto fundamental para el desarrollo de la ciencia a escala mundial, siendo la UAL núcleo central del mismo”. Así, “resulta prioritario aportar los desarrollos de nuestros grupos de investigación”.
En este caso, es el de Supercomputación-Algoritmos (SAL), que se encargará de la parcela de computación desde la propia ESI. Ha destacado que la UAL es “líder en muchos ámbitos del saber, está muy bien situada internacionalmente y dentro de la Astronomía hay una línea de mucho peso”. Se ha referido al proyecto CARMENES, “que se clausurará en noviembre aquí, y será la única reunión que haga en España”, así como a las futuras nuevas colaboraciones activas con el Observatorio.
Su director, Jesús Aceituno, ha reconocido que TARSIS “va a definir la estrategia científica y tecnológica del observatorio durante prácticamente la siguiente década, y va a hacer una cosa que hasta la fecha no se ha hecho, que es estudiar en detalle un cúmulo de galaxias que tuvieron un ritmo de formación estelar muy alto, en una época del universo en torno a 1.900-2.700 millones de años”.
Ha especificado que “esto hasta ahora no se había podido hacer porque no existía un instrumento con las características idóneas para permitirlo”. Dentro de cinco años, y fruto de sendos proyectos TARSIS y CATARSIS, por fin se podrán observar esas galaxias “con un nivel de detalle que hasta la fecha no se ha hecho”. Lo que hará a Calar Alto único en el mundo es que con esta nueva herramienta aunará “campo de visión -9 minutos de arco cuadrado-, rango y longitud de onda, y sensibilidad en la parte más azul del espectro”.
Ha explicado que “unos telescopios tienen gran campo de visión, otros mucha sensibilidad en el azul… pero ninguno reúne las tres, como es el caso de TARSIS, y es lo que necesitamos justo para poder hacer este muestreo del cúmulo de galaxias”. Por tanto, y parta los más profanos, ha diferenciado que “todos los observatorios tienen los colectores de luz, que son los telescopios, pero por otra parte tienen el instrumento que permite hacer ciencia con la luz que recogen esos telescopios; TARSIS es lo segundo, un desarrollo instrumental que se acopla al telescopio de 3.5 y analizará la luz que proporciona el telescopio”. Dicho esto, ha dado puntos clave de los logros que se avecinan: “Lo que se descubra nos ayudará a entender qué papel juegan los agujeros negros en la formación estelar, o qué tipo de galaxias se formaron en esa época del universo, abrir nuevas áreas en la Física, entender mejor tanto la materia oscura como la energía oscura, que son de las grandes incógnitas actuales de la cosmología”.
En cuanto a la Universidad de Almería, “el desarrollo de un instrumento astronómico implica la colaboración multidisciplinar de muchísimas áreas de la ingeniería, y la aportación de la UAL es en la parte computacional, que es de las fundamentales”. Si todo va bien, “en cinco años estará desarrollado el instrumento y entonces comenzará la explotación científica, que será el proyecto CATARSIS, que durará otros cinco años más”. Desde el Grupo Supercomputación-Algoritmos, Ester Martín ha reconocido como “una oportunidad” participar en un proyecto “que es un reto, que es único, que va a permitir explorar aspectos astrofísicos hasta ahora desconocidos”. La universidad participa “en el desarrollo de software específico para procesar la ingente cantidad de datos que van a generarse a partir de este instrumento, que es singular, los cuales hace falta procesar para sacarles conocimiento”. Ha recordado la “experiencia en computación de altas prestaciones y en procesar imágenes astronómicas que tiene la UAL y su grupo para enorgullecerse de “aportar nuestro granito de arena a esta gran aventura”.
Cabe recordar que TARSIS está coliderado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en estrecha colaboración con el Observatorio (Centro Astronómico Hispano en Andalucía, CAHA), más tres universidades andaluzas, las de Almería, Granada y Sevilla, el Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA), con el socio industrial FRACTAL S.L.N.E. y el INAOE mexicano. Durante estas dos jornadas de trabajo se ha establecido el punto de partida del diseño de los diferentes subsistemas que conformarán el instrumento una vez terminado su desarrollo. A partir de entonces, con su puesta en funcionamiento definitiva, se podrá validar el modelo cosmológico estándar y comprender la naturaleza de la materia y energía oscuras, así como la relación entre la evolución de las galaxias y su entorno.