Emprender en el medio rural se ha vuelto más complicado. Esta es una de las conclusiones de un estudio liderado por el profesor de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche Ignacio Mira Solves junto a investigadores de las universidades de Cantabria, Jaén, León, Extremadura y Vigo. El informe se centra en la evolución de la actividad emprendedora en el medio rural en España en los últimos años.
El estudio, que acaba de ser publicado por el Observatorio del Emprendimiento de España (red GEM), en colaboración con el Observatorio Mapfre de Finanzas Sostenibles, analiza la evolución de la situación emprendedora rural entre 2019 y 2021, por lo que recoge la situación previa a la COVID-19, la sufrida en el primer año de pandemia, y la más actual.
Una de las conclusiones de esta investigación, en la que se han encuestado a 10.800 personas del medio rural y del urbano en España, es que la edad media de las personas que tienen la intención de emprender en los próximos meses es de 38 años, mientras que la de las que están gestionando actividades con menos de 3,5 años activas es de 43 años, y de las implicadas en actividades ya consolidadas es cercana a 50 años.
Además, la situación vivida durante la pandemia ha acentuado las dificultades para detectar oportunidades para emprender: alrededor del 65% de las personas que viven en el medio rural ven muy complicado poner en marcha un negocio. Aun así, aproximadamente la mitad de la población rural sigue confiando en su capacidad para emprender.
Según el estudio, el motivo fundamental que lleva a una persona emprendedora a poner en marcha un negocio propio en el ámbito rural es generar su propia alternativa laboral para no tener que abandonar su entorno vital (80% de los casos). Se trata de actividades muy apegadas al territorio. De hecho, el 40% de las personas encuestadas afirman que su actividad viene motivada por la preocupación por dar solución a problemas de su entorno.
Asimismo, el estudio evalúa las necesidades y expectativas de este colectivo emprendedor y detecta que los negocios rurales acuden algo más a sus ahorros que los urbanos y menos a los bancos y otras instituciones financieras. Además, aun siendo un porcentaje reducido, el recurso a ayudas y subvenciones es también clave para su desarrollo.
Estudio completo disponible en: https://www.gem-spain.com/informes-especiales/