La bacteria Helicobacter pylori es una de las principales causas del cáncer gástrico. Su estudio detallado puede aportar a los investigadores pistas para atacarla y evitar que infecte a los seres humanos y, aunque en la actualidad hay fármacos para combatirla, no se conoce bien cómo actúan. Para aclararlo, un equipo de investigación integrado por personal de las universidades de Huelva y Sevilla ha probado en un estómago artificial los efectos del fármaco para combatir esta bacteria, para ajustar mejor los tratamientos.
Los expertos proponen un método que permite concentrar la medicación directamente en la zona afectada del estómago y que ésta se libere a lo largo de 24 horas. De este modo, se evita que pase al intestino y a otros órganos, logrando una acción localizada. Hasta ahora, estudios científicos previos han analizado estos efectos en estómagos sanos, mientras que la propuesta de los expertos andaluces reproduce las condiciones reales de un órgano infectado para comprobar cómo actúa esta formulación en estas circunstancias.
Cómo se combate a la bacteria que origina el cáncer de estómago
El grupo investigador, que ha publicado su trabajo en la revista ‘European Journal of Pharmaceutical Sciences’, explica que la bacteria Helicobacter pylori es un patógeno que afecta a más de la mitad de la población mundial y es la principal causa de cáncer de estómago. Normalmente, para combatirla, se emplean múltiples antibióticos de forma simultánea. Esto incrementa el riesgo de resistencia bacteriana y otros efectos secundarios habituales de esta medicación, como el malestar estomacal. Además, los tratamientos suelen ser complejos, lo que dificulta que los pacientes los sigan estrictamente.
Para elaborar este fármaco, los expertos desarrollaron una matriz polimérica gastrorestrictiva, esto es, como una ‘pastilla’ que permanece en el estómago sin desplazarse al intestino tras la digestión.
Para su composición, los expertos mezclaron dos medicamentos ya conocidos: la amoxicilina, un antibiótico eficaz contra esta bacteria, y el vonoprazam, un bloqueante de la acidez gástrica que favorece la acción del antibiótico. La catedrática de la Universidad de Sevilla, María Violante de Paz, ha asegurado que las propiedades mucoadhesivas y flotantes de estos sistemas permiten que el fármaco, por un lado, se adhiera a la zona afectada y, por otro, se mantenga en esa área del estómago hasta que finaliza su periodo útil.
Para garantizar la eficacia del tratamiento, el equipo investigador realizó estudios químicos in vitro y replicaron en el laboratorio las condiciones del estómago infectado con H. pylori en un entorno controlado fuera de un organismo vivo. Esto les permitió observar en detalle cómo los principios activo se comportaban en el medio gástrico, verificando la liberación y efectividad del fármaco en condiciones simuladas de infección.
24 horas de eficacia
Además, los investigadores aplicaron análisis matemáticos para evaluar si la matriz polimérica dosifica la amoxicilina de forma precisa y controlada a lo largo del tiempo. Con este sistema, los expertos han conseguido que la amoxicilina se libere de manera controlada en el estómago durante más de 24 horas, lo que permite reducir la dosificación y los efectos secundarios, al tiempo que se evita la generación de resistencias bacterianas. Este avance también supone una mejora significativa en los efectos secundarios y la comodidad del paciente, ya que podría sustituir la toma frecuente de comprimidos por una dosis diaria.
El equipo de investigación formado por el grupo FQM-135 Carbohidratos y Polímeros de la Universidad de Sevilla, liderado por la catedrática María de Gracia García, así como el experto en ingeniería ambiental de la Universidad de Huelva, el catedrático Jesús M. Díaz, trabajan ya en la siguiente fase, con la que se pretende avanzar hacia estudios in vivo con animales para comprobar la eficacia del tratamiento en condiciones reales.