Investigadores del departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Granada (UGR) han elaborado un estudio según el cual siete de cada diez españoles reconoce que tiene poca información sobre vehículos eléctricos e híbridos, y que esta escasa información influye de forma negativa en el proceso de compra de este tipo de vehículos.
Entre otros datos aportados por el estudio, se recomienda que las campañas de comunicación informen claramente de los beneficios medioambientales de los vehículos, ya que promete ser un factor que podría tener mayor peso en el proceso de decisión para adquirirlos.
Estrategias de comunicación para promover la movilidad eléctrica
A la hora de realizar estrategias de comunicación se sugiere destacar el placer de poseer un vehículo de estas características, señalando por qué es diferente y haciendo especial énfasis en los sentimientos y emociones provocados. Igualmente, se debe incidir en la repercusión positiva que puede suscitar en el grupo social de una persona poseer un vehículo eléctrico o híbrido pues, de acuerdo con el estudio, los consumidores perciben que conducir un vehículo eléctrico o híbrido mejora su reputación e influye positivamente en la forma en que son vistos por otros.
Los investigadores también aconsejan ensalzar dos características propias del vehículo eléctrico comparado con el convencional: la rápida aceleración y el bajo ruido del motor, aspectos de elevada importancia para los consumidores. No obstante, en el caso del bajo ruido del motor, también se debe advertir que las legislaciones europeas y estadounidenses obligan a los fabricantes a incorporar la emisión de ruido cuando estos vehículos circulen a 20 km/hora o menos, debido al elevado número de accidentes ocasionados.
Por otro lado, los fabricantes deberían optimizar sus cadenas de suministro y negociar con los gobiernos pertinentes la introducción de nuevas políticas e incentivos para reducir los precios y mejorar la relación calidad-precio de los vehículos. Por ejemplo, los costes de desarrollo tecnológico y de fabricación podrían reducirse si los fabricantes establecieran una relación de colaboración más estrecha en relación con las normas comunes, lo que podría dar lugar a reducciones de precios en la compra y el mantenimiento de los vehículos.