Restos de olivar, convertidos en materiales plásticos de nueva generación

El sector olivarero genera anualmente millones de toneladas de residuos, materiales que actualmente apenas se aprovechan, pero con un potencial importante para convertirse en materia prima de materiales nuevos. Una de las salidas a estos desechos pasa por transformarlos en bioplásticos, una línea de trabajo que se estudia en el Grupo Operativo Olicomp3D, presentado por la Universidad de Jaén (UJA), en la feria Expoliva.

La fabricación de este nuevo material tiene antecedentes en el proyecto europeo Life Compolive, desarrollado por la Universidad de Jaén y Andaltec, que aplicaron los residuos del olivar como refuerzo natural en polímeros, como una alternativa muy interesante a los refuerzos sintéticos puesto que tienen menor densidad y costo y son más fáciles de desechar ya que son intrínsecamente biodegradables. Este proyecto, que se orientó a los sectores de la automoción y el mobiliario, ha demostrado la viabilidad técnica de estos desarrollos novedosos.

Qué materiales plásticos se pretende fabricar a partir de restos del olivar

El equipo de investigación de Olicomp3d trabaja en el desarrollo de materiales compuestos multifuncionales de base polimérica, para la fabricación aditiva de gran formato, que se utilizarán en embalajes de aceites de la Denominación de Origen Sierra Mágina.

Este este sistema de fabricación lo han utilizado otros dos socios del Grupo Operativo, la Universidad de Cádiz (UCA) y la empresa de base tecnológica Matersia S.L. que han fabricado piezas de plástico con este sistema a partir de residuos de corcho. El objetivo ahora es hacerlo con residuos del olivar, lo que permitiría a la empresa Matersia S.L. ampliar su catálogo de materiales comerciales con soluciones innovadoras, más sostenibles, con menor impacto ambiental y totalmente en línea con los principios de la economía circular.

Reducción de plásticos de origen fósil

En este sentido, este proyecto se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al reducir el uso de plásticos fósiles y generar productos sostenibles. Inspirado en el proyecto Life Compolive, pretende aplicar estos biocompuestos en el sector del embalaje, impulsando la economía circular y reduciendo el impacto ambiental en zonas rurales.

En el proyecto participan el Centro Tecnológico del Plástico Andaltec, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Sierra Mágina, Matersia S.L., la Universidad de Jaén y la Universidad de Cádiz. Está financiado con Fondos Europeos Agrícolas de Desarrollo Rural (FEADER) y de la Junta de Andalucía en la convocatoria para el Funcionamiento de Grupos Operativos Regionales de la Asociación Europea de Innovación en Materia de Productividad y Sostenibilidad Agrícola (EIP AGRI) de 2020.