Un equipo de investigadores del grupo AquaCOV, del Centro Oceanográfico de Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ha desarrollado una innovadora metodología que mejora la identificación de especies de elasmobranquios, un grupo de peces cartilaginosos que incluye rayas y quimeras. Esta técnica, que combina herramientas genéticas y genómicas, permitirá diferenciar con precisión las distintas especies y mejorar la gestión de las pesquerías.

Un Desafío para la Ciencia y la Pesca
Los elasmobranquios, entre los que se encuentran tiburones, rayas y quimeras, presentan una morfología similar dentro de sus respectivos grupos, lo que dificulta su correcta identificación. En el caso de las rayas, la variabilidad morfológica a lo largo de su crecimiento hace que especies distintas puedan confundirse con facilidad. Por su parte, las quimeras, también conocidas como peces ratón, comparten rasgos físicos muy parecidos dentro de un mismo género, lo que agrava el problema de identificación.
La dificultad para distinguir estas especies tiene repercusiones en la gestión de las pesquerías. Identificaciones erróneas pueden derivar en registros inexactos de capturas y descartes, afectando la sostenibilidad de los ecosistemas marinos y dificultando la implementación de normativas de conservación.
En qué se basa el método para distinguir rayas y quimeras
El método desarrollado por los científicos del IEO se basa en el análisis de ADN y estudios morfométricos, a partir de los cuales se ha creado un modelo de red neuronal que permite asignar con precisión cada individuo a su especie correspondiente. En el caso de las quimeras, se ha complementado con la secuenciación del genoma mitocondrial, proporcionando resultados aún más robustos y fiables.
Esta investigación ha sido aplicada en áreas pesqueras de gran relevancia, como los Grandes Bancos de Terranova, Flemish Cap, el Banco de Gran Sol y el Banco de Porcupine, zonas donde la captura de estas especies es frecuente. Con esta herramienta, los investigadores buscan contribuir a una pesca más sostenible, evitando la sobreexplotación de determinadas especies y facilitando un mejor control de los recursos marinos.
Importancia para la Conservación
El desarrollo de esta metodología supone un avance significativo en la biología marina y en la regulación de las pesquerías. La sobreexplotación y la pesca accidental han reducido drásticamente las poblaciones de muchas especies de elasmobranquios en los últimos años. La capacidad de identificarlas correctamente es un paso clave para su conservación y para asegurar que las políticas de gestión pesquera se basen en datos precisos.
Este estudio refuerza la importancia de la ciencia en la protección de los océanos y en la búsqueda de un equilibrio entre la actividad pesquera y la preservación de la biodiversidad marina.