El profesor de Literatura Española de la Universidad de Jaén Rafael Alarcón Sierra acaba de publicar el ensayo ‘Nuestro futuro está en el aire. Aviones en la literatura española (hasta 1936)’, en la editorial Renacimiento.
La obra de Alarcón Sierra, que viene acompañada de una amplia antología de textos, parafrasea en su título un eslogan que Picasso introdujo en tres lienzos pintados en 1912, y analiza, por vez primera en una monografía, la presencia del avión en la literatura española anterior a 1936.
Dedica capítulos a los vuelos imaginarios, a los realizados en globo aerostático y en planeador, antes de llegar a la edad de oro de la aviación. Pasa revista a los artículos y reportajes dedicados a los pioneros del aire, a las primeras novelas que desarrollaron este nuevo motivo de la modernidad (como las de Francisco Camba y Concha Espina), a la presencia del aeroplano en las crónicas de la Gran Guerra (Gaziel, Ricardo León, Azorín o Valle-Inclán), en el futurismo y la narrativa de vanguardia (Ramón Gómez de la Serna, Ramón Acín, Juan Chabás, Antonio Espina o Felipe Ximénez de Sandoval), para acabar con la experiencia de los escritores que volaron y lo contaron en deliciosas crónicas y libros de viaje: Corpus Barga, Julio Camba, Luis de Oteyza, César González Ruano, Manuel Chaves Nogales, Jacinto Miquelarena, Ernesto Giménez Caballero o Ramón J. Sender. Además, incluye un apéndice gráfico con las cubiertas de los libros comentados.
Como explica el autor en la obra, a lo largo del siglo XX, volar pasó de ser un sueño milenario a convertirse en una experiencia banal. “Hubo un tiempo, hasta los años treinta del siglo pasado, en que volar en aeroplano era la máxima aventura que se podía experimentar. El avión no solo será un medio de transporte, sino un medio de representación; no solo producirá velocidad, sino también imágenes. ¿Cambiaría las categorías de tiempo y espacio? ¿Transformaría la realidad?”.