La pandemia ayudó a desenterrar los problemas de salud mental. La situación tan extrema que se vivió con los confinamientos hizo que afloraran todo tipo de trastornos, aunque sin duda destacaron los casos de depresión. Esto hizo que la sociedad pusiera el foco en la salud mental y la sacara del armario, al tiempo que dio pie a estudios en los que se ha analizado la prevalencia de este problema de salud. Uno de los últimos en publicarse muestra un mapa de la extensión de los casos de depresión y permite conocer en qué países presentan una mayor frecuencia de síntomas depresivos.
Este estudio es uno de los más grandes y actualizados del mundo para evaluar la prevalencia puntual de síntomas depresivos clínicamente relevantes, y sus resultados se han publicado en The Lancet. En este trabajo se comparan prevalencia y variabilidad de los síntomas depresivos en Europa entre los años 2013 y 2020. Para ello han usado los datos de la Encuesta Europea de Salud EHIS-2 (2013-2015) y EHIS-3 (2018-2020) obtenidos en encuestas realizadas en muestras representativas de la población general adulta, en las que han participado 283.692 personas (52,4% mujeres y 47,5% hombres) de 29 países.
Entre los firmantes del artículo se encuentran los profesores Jorge Arias de la Torre, Antonio José Molina y Vicente Martín Sánchez, vinculados con el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (ULE), y Jordi Alonso y Gemma Villagut del Hospital del Mar de Barcelona.
En qué países se dan más casos de depresión
En este estudio se muestra que los países más desarrollados económicamente tienden a presentar mayor frecuencia de síntomas depresivos, como Alemania, Reino Unido y Suecia. Los resultados también sugieren una posible reducción de las diferencias entre países respecto a la anterior oleada donde, en general, los países que presentaron una prevalencia más baja en 2013-2015, la aumentaron en la evaluación posterior. En cambio, los que tenían prevalencias más altas inicialmente, las disminuyeron (excepto Suecia).
Los resultados indican que las prevalencias de síntomas depresivos clínicamente relevantes aumentaron de forma marginal en Europa entre los años 2013-2015 y los años 2018-2020 (incluyendo las primeras etapas de la pandemia de COVID-19 en 3 de los países), de 6’4% a 6’5%, aunque con una gran variabilidad entre países.
Jorge Arias de la Torre, investigador principal del estudio, afirma que estos hallazgos “podrían considerarse una base para evaluar la evolución de la prevalencia de síntomas depresivos clínicamente relevantes en Europa, especialmente como datos iniciales para evaluar el impacto poblacional de la pandemia. Asimismo, -concluye-, podrían informar las políticas para el desarrollo de estrategias preventivas para la depresión tanto a nivel nacional como europeo”.