La carrera electoral a la presidencia de los Estados Unidos ha dado un giro de guion inesperado, que ha descolocado incluso al mismo Donald Trump. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha recapacitado (o lo han hecho recapacitar) y ha dado un paso a un lado, lo que ha abierto vía libre a que la actual vicepresidenta, Kamala Harris, opte a ser la primera presidenta de la potencia americana, en las elecciones del 5 de noviembre. Especialistas de la Universidad de Chile analizan su candidatura, qué valores representa y cuáles son los desafíos para llega a la presidencia.
Hasta el momento, la política de 59 años de edad es la mejor posicionada para competir por el mandato, un camino que, según Verónica Figueroa, académica del Departamento de Administración y Gestión Pública de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, ha logrado gracias “a su trayectoria, ella se ha ido posicionando en su rol de mujer, su rol de mujer afroamericana, una mujer profesional con conciencia, la primera mujer afroamericana con ascendencia del sur de Asia, que ocupó el cargo de vicepresidenta”.
Cuál es el origen familiar de Kamala Harris y cómo determina su candidatura
“Kamala Harris está vinculada a una familia, sus dos papás eran profesionales, su mamá efectivamente es una investigadora importante que proviene de la India y su padre es un economista jamaiquino, quienes emigraron a Estados Unidos, se conocen allí. También hay una mirada importante de sus padres respecto del activismo que lleva a que Kamala Harris, de manera muy temprana, esté vinculada y muy sensibilizada con los derechos civiles, sobre todo de la población afroamericana. Esa mirada respecto de ese activismo, de esa sensibilidad, la que ella incluso fue llevando adelante en su vida profesional, lo que hizo que desde un principio ella fuera una figura bien importante para para el Partido Demócrata”, explica Figueroa.
La profesora Figueroa recuerda que “ella fue fiscal general de California, fue senadora y ganó con un amplio apoyo. También fue un hito en cuando se convirtió en la segunda mujer afroamericana que se sumó a la Cámara Alta en Estados Unidos, por lo tanto, era una figura también bien atractiva sobre todo tras el triunfo de Barack Obama y la importancia que tuvo la figura de Michelle Obama, como una mujer afroamericana y una mujer además con cierta conciencia, no solamente con los temas de género, sino también con esa interseccionalidad que lo hace interesante”.
La tríada de raza, género y clase
La académica de la Facultad de Gobierno asegura que “si bien ha habido varias mujeres que ha sido presidentas en Latinoamérica, hemos tenido 14 o 15 presidentas mujeres, esta intersección que se da entre raza y género, forman parte de esta tríada que también, cuando investigamos respecto de la interseccionalidad, son claves junto con la clase. En algunos países africanos ha habido presidentas mujeres afrodescendientes, y en el caso de Latinoamérica alguna primera ministra jamaiquina, pero estamos hablando de Estados Unidos. Estamos hablando de una potencia mundial no solamente económica sino también ideológica y que se convierta Kamala Harris en la primera presidenta de Estados Unidos mujer, afroamericana, con esta mirada interseccional, pero también con la sensibilidad que tiene respecto de los temas de etnia y los temas de raza, sin duda que va a ser clave”.
¿Qué beneficios podría traer su género, raza y clase? Figueroa dice que “cuando uno no experimenta las exclusiones, las discriminaciones de muchos grupos históricamente excluidos, estas intersecciones que se dan en las exclusiones, generalmente uno mira al mundo con otros lentes, pero cuando uno tiene a disposición marcos para poder problematizar lo que ocurre en la realidad, yo creo que esa es una mirada que Kamala Harris sin duda tiene, que ella pueda aportar esa esa mirada interseccional. Sabemos que ella es muy consciente de eso y por lo tanto uno podría pensar que al momento de problematizar o tomar decisiones, al momento de conformar su gabinete, al momento de fijar las prioridades, en consonancia también con su partido, pero fijar prioridades, por allí podría venir un sello que es importante”.
“Uno podría pensar que Kamala Harris ya rompió un techo de cristal al momento de posicionarse a lo largo de su carrera como senadora, como vicepresidenta y hoy día con la posibilidad de ser presidenta, pero también aquí hay un concepto que a mí me resulta interesante que es el acantilado de cristal, el precipicio de cristal, que dice que las mujeres generalmente tienen más posibilidades de acceder al poder o acceder a puestos importantes de toma de decisiones cuando hay situaciones que son políticamente desfavorables o de crisis, y en este caso, por lo tanto, están más expuestas”.
El difícil camino de Harris
Paz Milet, académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, agrega que “Kamala Harris no la tiene fácil, primero porque sin duda hay un elemento que es cómo deja Biden la campaña. De alguna manera se le asocia muy directamente la gestión de Biden y cualquier tema que se plantee durante la campaña asociada con el actual momento de Estados Unidos”.
“Por otro lado, ella enfrenta una serie de cuestionamientos respecto a los costos que habría tenido que asumir durante su gestión como vicepresidenta y algunos sectores consideran que tuvo poca posibilidad de lucirse frente a los cuestionamientos que se generaron respecto a la capacidad de Biden y además, no hay que olvidar que es una mujer, no solamente es mujer, sino también es afroamericana, asiática, es resultado de un proceso de migración en momentos en que Trump y también su candidato a vicepresidente hacen una crítica muy intensa a la migración y son representativos de un sector muy fuerte en cuanto a voto consolidado en Estados Unidos, entonces no hay seguridad que en la práctica ella pueda llegar al poder porque podrían verse incrementadas algunas resistencias producto también del propio discurso que ha tenido Trump”, indica Milet.
Además, indica la profesora, falta aún llegar a la Convención Demócrata de agosto próximo, donde “Obama ha planteado la necesidad de desarrollar una convención abierta sin hacer referencia a la candidatura de Harris directamente, entonces se ve un partido demócrata divido, en donde, aunque ella tiene la primera opción, pueden plantearse otras opciones, no está seguro que ella sea la que finalmente llegue a la presidencia”.