¿Qué lleva a que algunas personas se radicalicen?: la UNED entrevista a presos por delitos de terrorismo

La dinámica de la radicalización es un proceso realmente complejo en el que intervienen multitud de factores, que pocas veces se estudian en profundidad. Detrás de cada persona que ha cruzado la línea para entrar en organizaciones radicales hay una historia difícil de entender, pero conocerla es necesaria para diseñar estrategias de prevención y reinserción más efectivas. La UNED ha analizado este proceso, en una investigación pionera, que le ha llevado a entrevistar a personas en prisión por delitos de terrorismo.

En un artículo publicado en diciembre de 2024 en la revista Terrorism & Political Violence, el equipo de investigadores de Psicología Social de la UNED, en colaboración con la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, analiza los momentos de cambio que marcan un antes y un después en la vida de personas privadas de libertad por delitos de terrorismo yihadista y otros delitos comunes.

“Un punto de inflexión es una experiencia que transforma la identidad, las prioridades o la visión del mundo de una persona”, explica Laura Blanco Iglesias, profesora de la UNED y autora principal del trabajo. “Estudiar estos momentos permite entender cómo ciertos individuos pueden verse atrapados en un proceso de radicalización y, en otros casos, cómo logran alejarse de estas ideologías extremistas”.

De manera pionera, esta investigación ha explorado estos cambios en tres grupos de internos en centros penitenciarios españoles: personas condenadas por delitos de terrorismo yihadista, internos con delitos comunes que promueven visiones extremas del Islam en prisión (proselitistas), y musulmanes no radicalizados.


El equipo de investigación entrevistó a 116 personas en 45 prisiones de toda España, analizando sus historias de vida en busca de los factores que motivaron sus decisiones y transformaciones que los llevaron a acercarse o alejarse de la ideología yihadista. 

Qué lleva a que algunas personas se radicalicen: las respuestas obtenidas por la UNED

Uno de los hallazgos clave del estudio es que la búsqueda de un propósito vital juega un papel central en los puntos de inflexión de aquellas personas que se han visto envueltas en un proceso de radicalización. “Tanto quienes habían sido condenados por delitos de terrorismo yihadista como aquellos proselitistas con un pasado criminal común (robos, tráfico de drogas, agresiones, etc.)  hablaron de un “mal pasado” del que querían alejarse”, explica Blanco.


Para algunos, la religión fue un punto de inflexión clave. “El redescubrimiento del Islam permitió a varios participantes construir una narrativa de redención, ofreciéndoles una oportunidad de comenzar de nuevo. Un participante relató cómo escuchar la llamada del Imam desde una mezquita le hizo decidir, de un día para otro, abandonar el alcohol y cambiar su estilo de vida”, añade la profesora. Sin embargo, los internos musulmanes no radicalizados no identificaron puntos de inflexión similares. 

Equipo de la UNED que ha realizado esta investigación sobre la motivación de los terroristas y otros delincuentes comunes.

El papel de la familia y el encarcelamiento

Otro factor determinante en estos cambios vitales fue la familia, especialmente en el caso de los proselitistas. Muchos participantes señalaron que el sufrimiento de sus seres queridos los llevó a cuestionar su estilo de vida. “Uno relató cómo su madre le hizo darse cuenta del daño que le estaba causando con sus constantes entradas y salidas de prisión, mientras que otro explicó que ver la tristeza de su pareja al visitarlo en la cárcel le hizo replantearse su futuro”, relata la investigadora. Sin embargo, entre los condenados por delitos de terrorismo yihadista, los lazos familiares no parecieron jugar un papel tan relevante en sus momentos de cambio. “Esto podría estar relacionado con la tendencia al aislamiento del entorno familiar que a menudo acompaña a la adopción de ideologías extremas”. Uno de los elementos más recurrentes en los relatos de los entrevistados fue la experiencia del encarcelamiento, que “supuso un punto de inflexión para los participantes de todos los grupos, lo que indica que las experiencias de privación de libertad son una fuente de cambio no necesariamente ligada a un proceso de radicalización”.  

Reflexiones para la prevención y la intervención

Este estudio ofrece una nueva perspectiva sobre cómo ciertos eventos pueden marcar la diferencia en la trayectoria de una persona, influyendo en su acercamiento o alejamiento de la ideología extremista. La clave está en comprender que el proceso de cambio no solo responde a factores externos, sino también a motivaciones personales profundas como la búsqueda de sentido, la necesidad de redención y la influencia de los familiares. 

Estos hallazgos pueden ser útiles para el diseño de estrategias de prevención e intervención: desde ofrecer recursos en centros penitenciarios para que los internos encuentren alternativas a ideologías extremas, hasta fortalecer los lazos familiares como factor de protección. “Además, trabajar con líderes religiosos y comunidades para promover narrativas que fomenten la paz y la integración social puede ser una vía prometedora para evitar que ciertos individuos vean la violencia como la única opción”, concluye Laura Blanco.