La obra comenzaba como si de una película se tratase, con el león de la Metro Golden Mayer y la cuenta atrás regresiva. En la obra se pudieron ver desde unos monos encendiendo el fuego, hasta unos obedientes leones que saltaban por los aros a las órdenes del domador.
El público también disfrutó con la música ofrecida en la obra, siendo muy variada. Se pudo escuchar la banda sonora de películas como 2001, Odisea en el espacio hasta la de los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente o Conquista del Paraíso.
El protagonista pasaba por muchas aventuras, trepa por unas ramas, cruza un puente sin caerse a las profundidades. Los continuos despropósitos de los protagonistas desencadenaron una esperpéntica epopeya visual en la que el entorno, aparentemente paradisíaco se convertía en una trampa plagada de extraños animales.
Yllana puso en pie un espectáculo para todos los públicos, aplicando su personal visión cómica del mundo al eterno conflicto entre el hombre y la naturaleza.