La Universidad de Granada (UGR) y el Grupo Lo Monaco han presentado esta mañana los resultados de un estudio, el “Proyecto Sensobed”, a través del que se ha ideado el primer dispositivo tecnológico adaptado a un cochón, que emula las funciones del polisomnograma, técnica neurofisiológica que permite realizar un análisis del sueño para conocer cómo es la calidad del mismo en cada persona.
Dicha presentación ha corrido a cargo de la rectora de la UGR, Pilar Aranda, el investigador del departamento de Electrónica y Tecnología de Computadores de la UGR, Alberto J. Palma López, y el director general del Grupo Lo Monaco, Livio Lo Monaco.
Hasta ahora los lugares donde se realiza la polisomnografía son hospitales (como consulta de sueño de la unidad de Neurofisiología), clínicas privadas especializadas en sueño y laboratorios de investigación del sueño. Según la rectora de la UGR, “lo pionero y relevante de “Sensobed” es que ahora, por primera vez en España, se podrá implantar una técnica que permitirá la evaluación del sueño en los hogares españoles, poniendo al servicio de los usuarios una herramienta que ayudará a conocer las mejores condiciones para lograr un sueño reparador y saludable y prevenir posibles afecciones relacionadas con el sueño”.
Creado por la UGR
El dispositivo ha sido creado por el Departamento de Electrónica y Tecnología de Computadores de la Universidad de Granada, y su eficacia ha sido probada por expertos de la Cátedra de Investigación del Sueño del Grupo de la URG-Grupo Lo Monaco en el Laboratorio de Investigación del Sueño del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC). En la actualidad, la UGR y Lo Monaco están preparando una solicitud de patente para proteger este dispositivo.
Además, en el acto celebrado esta mañana ambas instituciones han firmado un nuevo acuerdo de colaboración para seguir con el proceso de investigación y mejorar la correlación con las funciones del polisomnograma, miniaturizar las características del dispositivo y hacerlo lo menos invasivo para optimizar su comercialización.
La viabilidad del sistema para la obtención de pulso cardiaco y frecuencia respiratoria ha quedado demostrada en todas las posiciones del sujeto a lo largo de una noche (boca arriba, boca abajo y de lado). Las medidas obtenidas por el sensor tienen unas correlaciones con las mismas medidas evaluadas mediante polisomnografía, superiores al 0,70 en todos los casos.
¿Sabemos si dormimos bien?
Alejandro Guillén Riquelme, de la Cátedra de Investigación del Sueño de la UGR y Grupo Lo Monaco, ha manifestado que “una de las primeras preguntas que nos podemos plantear es ¿cómo sabemos si nuestro sueño es bueno o no?. El primer indicio es que uno mismo es consciente de que tiene un problema, como tardar en dormirse o no dormir apenas en toda la noche. En segundo lugar, uno mismo también puede sentir los efectos del dormir mal y eso ser indicio de un problema de sueño. No obstante, necesitamos pruebas específicas y precisas que nos permitan evaluar objetivamente la calidad de nuestro sueño de forma diaria y no invasiva, y esto lo ha conseguido Sensobed”.
Para registrar las señales del cuerpo, con el polisomnograma, se colocan varios electrodos en la cabeza y en el cuerpo que se encargarán de recoger la actividad cerebral, la respiración, ronquidos, respuesta cardíaca, posición del cuerpo, movimientos oculares y movimientos corporales. Los electrodos van conectados a un instrumento de medida donde quedan registradas todas las señales y cuya información quedará almacenada en una tarjeta, que más tarde será exportada al ordenador para poder analizar el sueño.
Sin embargo con Sensobed, el estudio es casi imperceptible para el durmiente, ya que se basa en dispositivo consistente en un colchón con un sensor de última generación, que aplicado a la cama del durmiente, será capaz de medir parámetros fisiológicos (actividad cardíaca, la respiración y los movimientos) relevantes asociados con el sueño. Además de identificar una serie de posibles trastornos que pudiera estar padeciendo el dispositivo será capaz de dar recomendaciones personalizadas de adquisición de hábitos saludables para restablecer el sueño. Según manifiesta Alberto J. Palma López, es mínimamente invasivo, con fácil integración en el colchón, fiable en cualquier posición del sujeto, económico y de bajo consumo energético y mantenimiento.
Por otro, según Livio Lo Monaco, “estamos muy satisfechos con el resultado, supone un hito en nuestro sector el proporcionar al usuario herramientas relacionadas con la prevención y actuación de los trastornos del sueño, un problema que en la actualidad tienen un gran impacto social yelevado gasto médico que podría rebajarse mediante la concienciación de la población respecto a la importancia del buen descanso y a la progresiva introducción de soluciones como la propuesta”.
Gran número de patologías
Medir la calidad el sueño está justificada en las siguientes patologías: insomnio (dificultad de iniciar el sueño, fraccionamiento del sueño o despertar precoz), por sospecha de problemas respiratorios (apneas), ansiedad, mioclonus nocturno, ciertos casos de depresión, alteraciones psicológicas, Síndrome de Piernas Inquietas o Síndrome de Retraso de Fase del Sueño; somnolencia excesiva diurna (hipersomnias) por Síndrome de Apnea del Sueño, narcolepsia u otras hipersomnias (de muchos de estos trastornos se ha hablado en este blog y se puede encontrar una definición y sintomatología).
En España, el consumo de ansiolíticos aumentó un 57,4% en doce años, y en nuestro país es mayor que en otros como Alemania y Reino Unido (cuatro veces más) e incluso Estados Unidos.
Entre un 20 y 48 por ciento de la población adulta sufre, en algún momento de su vida, dificultad para iniciar o mantener el sueño. Aunque los problemas de sueño son más frecuentes en mujeres y en personas mayores, también lo son en pediatría: aproximadamente el 20-25 por ciento de la población infantil sufre algún tipo de trastorno del sueño. Aunque existen unas cien patologías del sueño, la más habitual es el insomnio, con una prevalencia de entre el 20 y el 30%. Menos del 30% de los afectados busca ayuda profesional.
Se duerme menos de siete horas por noche, unas dos horas menos que hace un siglo según el Centro para el Sueño y la Cognición de la Facultad de Medicina de Harvard.