El graduado en Ingeniería de Sistemas de Telecomunicación de la Universidad Católica de Murcia, Andrés Martínez, ha conseguido el tercer puesto a nivel nacional en los Premios Liberalización de las Telecomunicaciones. El alumno, ha destacado la importancia que tiene este premio: “No es el primer puesto, pero es una forma de compensar el esfuerzo que lleva todo el trabajo, tanto en estos últimos meses como a lo largo de los cuatro años en la Universidad”.
“Por el miedo de que una carrera sea difícil no implica que no puedas conseguir tus propios objetivos. Estudiar Teleco me ha ayudado a alcanzar metas importantes” son las palabras del graduado que defiende el futuro de las Telecomunicaciones.
Con veintiún años, Andrés fue seleccionado para desarrollar un Trabajo Fin de Grado que, por su interés y calidad, a la postre ha derivado en una patente, la cual ha desarrollado en colaboración con sus profesores de Teleco, Rafael Berenguer y Rafael Melendreras, subdirector y vicedecano del Grado en Ingeniería en Sistemas de Telecomunicación de la UCAM, y con Pedro Emilio Alcaraz, director del Centro de Investigación en Alto Rendimiento Deportivo (CIARD). El alumno, tenía un objetivo más allá de conseguir una matrícula en el proyecto; presentarse a los Premios Liberalización de las Telecomunicaciones a los que concurren 41 escuelas de toda España y en el que se han presentado cerca de 150 candidatos.
El objetivo del proyecto consistía en desarrollar un sistema inteligente que permitiese medir de forma instantánea la potencia de lanzamiento de un balón medicinal, instrumento ampliamente empleado para el entrenamiento por muchos deportistas profesionales y amateurs. Esta idea, fue propuesta desde el CIARD a la titulación de Grado en Ingeniería de Telecomunicación de la UCAM, quien recogió el testigo de su implementación y desarrollo.
La solución desarrollada finalmente consistió en introducir dentro de un balón medicinal un sensor de tipo acelerómetro, parecido al que ya incorporan la mayoría de los teléfonos de tipo Smartphone, para recoger los datos de aceleración del lanzamiento. Éste se conecta a un pequeño procesador que, por medio de aproximaciones matemáticas, calcula la velocidad y la potencia de lanzamiento. Estos datos se envían a un dispositivo móvil que a posteriori los procesa para analizar el rendimiento del usuario.
“Los deportistas hoy en día entrenan por nivel de potencia cuando llevan un número de lanzamientos, el nivel de ésta baja y ya no es bueno seguir entrenando. Entonces lo que hace el atleta es descansar o esperar a la siguiente sesión para ver si produce más potencia”. Así resume Andrés Martínez la finalidad del balón medicinal en el entrenamiento del deportista.
Por su parte, el equipo investigador quiere contrastar esta hipótesis con la realidad: “Estamos desarrollando ahora una investigación para llevar a cabo un estudio con deportistas y validar la precisión del método de entrenamiento desarrollado específicamente para el balón inteligente”.