Plácido Domingo volvió a reivindicar la grandeza de la música lírica en el concierto que ofreció en el Pabellón de los Juegos Mediterráneos en la noche de ayer. Fue una actuación sentida y con una importante carga emocional, en la que el tenor mostró su mejor cara con la ayuda de sus compañeros de escenario: la soprano Verónica Villarroel, el director de orquesta Eugene Kohn, y la Orquesta Ciudad de Almería. Fue una cita para guardar en la memoria, primero por la calidad, y segundo, porque será muy difícil ver de nuevo a Plácido Domingo en los escenarios almerienses.
El paso de Plácido Domingo por Almería quedó grabado en la memoria del público que no llegó a llenar el Pabellón de los Juegos Mediterráneos. El recital, estructurado en dos partes, estuvo dedicado a la ópera y a la zarzuela, aunque también tuvo sorpresas y regaló alguna pieza de canción popular muy agradecida por el público.
Con un pabellón muy acalorado, las gotas de sudor corrían por la espalda de cada uno de los asistentes al concierto, comenzó el concierto. La pieza inicial fue ‘Overtura’ de Carmen, interpretada sólo por la orquesta. A continuación, lo que todo el mundo esperaba, un inmenso Plácido Domingo comenzó a labrar su regalo en forma de voz que abrió su actuación con la aria ‘O Souverain’ de Le Cid, de Jules Mssenet.
Poco decir de la calidad del tenor a estas alturas, aunque sí se puede hablar y mucho de las sensaciones que tuvo el público al escucharlo en directo. El gesto, la expresión de sus manos, los esfuerzos vocales y, cómo no, la fortaleza y la calidad de una de las grandes voces de la lírica internacional.
Tras él, la soprano Verónica Villarroel mostró su calidez vocal con ‘Lo son l’umile ancella’ de la obra Adriana Lecouvreur, de Francesco Cilea. Así, de forma alterna, tenor y soprano fueron desgranando arias de obras de Cilea, Wagner y Rossini, hasta que coincidieron ante el micrófono para interpretar a dúo ‘Suzel, buon di’, de la ópera L’Amico Fritz, escrita por Pietro Mascagni.
Tras esa primera parte dedicada a la ópera, el concierto fijó su mirada en el género chico, en la zarzuela, para interpretar arias de obras como La del Soto del Parral, LaTempranica, El Gato Montés, La boda de Luis Alonso, Luisa Fernanda, El Niño Judío, Maravilla, El Barberillo de Lavapiés y La Taberna del Puerto.
A partir de ese momento comenzaron los guiños musicales en forma de canción más popular, muy agradecido por el público, que despidió a Plácido Domingo, a Verónica Villarroel, a Eugene Kohn y a la Orquesta Ciudad de Almería en pie, con un cálido y sentido aplauso, digno de una actuación que quedará en la memoria artística de Almería.
