Piden verificar la validez de los datos que aportan las apps que monitorizan la salud

La Universidad de Málaga participa en un estudio que evalúa las herramientas que se utilizan para medir la calidad de las aplicaciones de salud.

Un reloj inteligente que monitoriza el ritmo cardiaco.

Se espera que el mercado de las aplicaciones de salud para el móvil supere los 130.000 millones de euros de cara al 2028 y que registre una tasa de crecimiento anual en torno al 17,7 por ciento en el periodo entre 2022 y 2030, según el último informe publicado por Grand View Research.

En este contexto, revisar la calidad metodológica de las apps de salud mediante la revisión sistemática de los distintos instrumentos disponibles para valorar la calidad de las mismas resulta fundamental, tal y como asegura el profesor Antonio Cuesta, que lidera esta línea de investigación en la Universidad de Málaga, en el marco del proyecto europeo ‘Multi-dimensional Intervention Support Architecture for Gamified eHealth and mHealth Products’, financiado por el Programa Marie Curie.

El estudio, recientemente publicado en la revista JMIR mHealth and uHealth, supone un impulso a la evaluación psicométrica de las herramientas utilizadas para valorar estas aplicaciones móviles, es decir, la valoración que se hace mediante cuestionarios, escalas o test, utilizada para medir dimensiones psicológicas o de salud, basada en el método científico y realizada a través de la estadística avanzada o la teoría clásica de los test”. En este sentido, una evoluación psicométrica sería, por ejemplo, la evaluación de personalidad o de inteligencia emocional.

Según este trabajo, aunque la variedad de características de las aplicaciones disponibles en diferentes plataformas es bastante amplia, se diferencian tres grandes grupos: las que se limitan a ofrecer un catálogo de recomendaciones; las que funcionan como herramienta de seguimiento, complementando un programa de intervención; o las que se encuentran conectadas a sensores, destinadas a ofrecer información sobre el estado de salud.

Con todo, la investigación muestra que, tanto las aplicaciones que los usuarios usan de forma autónoma como aquellas que puedan ser recomendadas directamente por los profesionales sanitarios, requieren un estudio previo, de cara a minimizar el riesgo de utilizar aplicaciones no basadas en el conocimiento científico o que, incluso, puedan llegar a aportar más desinformación que ayuda al usuario.

Guía COSMIN

En la investigación, a través de una búsqueda en la base de datos PubMed y Embase, se identificaron herramientas en salud digital de medición de calidad, y se descartaron aquellos estudios que no incluían ninguna validación psicométrica, ya que la evaluación se realizó según las 10 propiedades psicométricas descritas en la guía COSMIN: consistencia interna, fiabilidad, error de medición, validez de contenido, validez estructural, prueba de hipótesis, validez transcultural, validez de criterio, capacidad de respuesta e interpretabilidad.

COSMIN alude al resultado del consenso científico para la estandarización de una evaluación, así como de la selección de los instrumentos para llevarla a cabo. “La aplicación estas guías parece fundamental para cercar el soporte científico a la selección de herramientas en la salud digital, y es que la rápida proliferación de nuevas herramientas e instrumentos en este campo no permite, en ocasiones, dedicar los largos tiempos que ocupan los estudios de validación, abriéndose estas aplicaciones al mercado incluso antes de haber podido verificar su uso”, explica el investigador de la UMA.

Así, este proyecto evidencia cómo muchas de las aplicaciones solo se clasifican según la percepción de los usuarios, a través de vagas herramientas de clasificación, tales como puntuaciones numéricas o clasificación por estrellas (del 1 al 5).

Herramienta MARS

Como resultado, aunque la búsqueda inicial arrojó 3372 artículos, solo 10 cumplieron, finalmente, con los criterios de inclusión y fueron elegidos para este estudio, en el que se analizaron 8 herramientas de medición diferentes. Aunque algunas de ellas solo miden la dimensión de usabilidad, otras brindan información acerca del compromiso, la estética o la funcionalidad de las mismas.

En concreto,se seleccionó MARS como el instrumento que mejor se ajusta a los criterios de calidad científica adaptable a la calidad de las apps, ya que el uso de esta herramienta está muy extendido y evalúa diferentes aspectos de la calidad de las aplicaciones, así como su usabilidad. Además, poseeuna versión de usuario y una versión profesional.

En este proyecto, financiado por el Programa Europeo Marie Curie Actions RISE H2020, participa un Consorcio Europeo integrado por empresas de desarrollo tecnológico: SensorID (Italia), ITware (Hungría) y Arthaus (Macedonia); un socio clínico, el Servicio Andaluz de Salud (España), liderado por el Dr. Fermin Mayoral Cleries; y dos socios académicos, con la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) y la Universidad de Málaga, bajo el liderazgo del profesor Antonio Cuesta Vargas.

Referencia bibliográfica:

Muro-Culebras, A., Escriche-Escuder, A., Martin-Martin, J., Roldán-Jiménez, C., De-Torres, I., Ruiz-Muñoz, M. & Cuesta-Vargas, A. I. (2021). Tools for Evaluating the Content, Efficacy, and Usability of Mobile Health Apps According to the Consensus-Based Standards for the Selection of Health Measurement Instruments: Systematic Review. JMIR mHealth and uHealth, 9(12): 15433. https://doi.org/10.2196/15433