Periodistas comprometidos con la ecología

    Miguel Ángel BlancoHace treinta años era un gran riesgo que un periodista se sumergiera, con todas las ilusiones y precauciones del mundo, en el territorio de la ecología. Las posibilidades de quedar marcado ante el poder establecido, ante los poderes fácticos, eran al cien por cien. Enemigos, dentro y fuera de casa. Incomprensiones, casi todas. En resumen, ese periodista solía ser un solitario, en general. Treinta años después, el panorama es más amplio, no menos arriesgado, aunque la complejidad es la misma o peor todavía. No se trata, como muchos entienden, de informar sobre la Naturaleza. Se trata de informar sobre todo el complicado mundo que envuelve el cerco a la Naturaleza. Y Naturaleza somos todos, el campo y el medio urbano, los pueblos y las ciudades, ideas, patrimonio, historia y filosofía de nuestra realidad, cultura, política y economía. Y por supuesto los espacios libres, el paisaje, la biodiversidad, los ecosistemas, el agua, los bosques, los desiertos, la fauna, las aves, la vegetación, los árboles, las flores, los peces. Y los seres humanos. Es decir, todo.

    Un poco de todo esto ha habido en las III Jornadas Provinciales de Periodismo y Medio Ambiente (que yo llamaría de Periodismo y Ecología), celebradas en Bacares (21 y 22 de febrero). Más de medio centenar de participantes, entre ponentes, periodistas, ambientalistas, han debatido sobre todo, poniendo alguna luz a la realidad de Almería. Y lo que se presentaba como una reflexión abierta sobre periodismo y medio ambiente, en el fondo se convirtió en una reflexión crítica sobre la realidad del periodismo. En el fondo, la cuestión ecológica y ambiental sirve para poner en evidencia la imagen del periodismo.

    Por un lado, el debate se centra en los acontecimientos más resonantes: Algarrobico (la estrella del acontecer periodístico), cambio climático, acantilados de Roquetas, el movimiento ecologista, toda el complejo mundo del urbanismo salvaje, intereses de empresas de la información. Y siempre con referencias a la realidad de la información. Hubo periodistas, especialmente del ámbito televisivo, que se desfogaron y dejaron al aire sus frustraciones y colisiones con el sistema, el propio de sus empresas y el del mundo real, dominado por las claves de los intereses políticos y económicos, que suelen ir de la mano.

    El periodista Gustavo Catalán (El Mundo), que vivió también la travesía del desierto, del periodismo ambiental, en los setenta y ochenta, expuso aspectos de la incertidumbre del momento, ha habido un giro, la nueva ministra de Medio Ambiente va a enmendar a Cristina Narbona y va a provocar un giro. Primero, con el Algarrobico. Segundo, fomento de los trasvases. Cristina Narbona hizo lo que prometió y eso le ha costado el puesto. Los barones del PSOE le enmendaron la plana. Y el primer barón es Manuel Chaves.

    El delegado de Medio Ambiente, Clemente García, sorprendió a casi todos los presentes, cuando lanzó dos interrogantes, aclarando que no buscaba la respuesta en el momento, sino la reflexión colectiva: ¿Creen ustedes que en estos momentos de crisis, nos podemos gastar 300 millones en derribar el Algarrobico? ¿Creen que el edificio del Algarrobico es el principal monstruo urbanístico de España, peor que lo que hay en la costa de Murcia, de Castellón? La mayoría de los presentes, desde ese momento, da por sentado que el Algarrobico no se va a derribar, a pesar de que está comprometida la palabra de Manuel Chaves, presidente de Andalucía.

    José María Montero (Espacio protegido de Canal Sur), pionero en la información ambiental en Andalucía, hizo su confesión: Lo que me preocupa es la situación periodística. En un estudio reciente, de 35 oficios, el de periodista ocupa el puesto 31, emparejado con los camareros. Nuestra situación profesional es lamentable. Y los periodistas ambientales además están más señalados con el dedo. En su opinión, antes había más receptividad, pero también advirtió que ha habido un aumento de la oferta y la demanda de la información ambiental.

    La creencia mayoritaria de los asistentes, a tenor de las intervenciones, es que el horizonte del futuro es más sombrío. Y los periodistas no pueden ser heroicos aventureros. Después de todo, lo importante es que se ha producido un salto cualitativo, aunque antes el periodismo ambiental era más crítico y reivindicativo y de denuncia, la información ambiental de ahora es más descriptiva y gran parte de los postulados han sido adoptados por las instituciones (Antonia Sánchez Villanueva, La Voz de Almería). El periodista ambiental, por encima de todo tiene que ser periodista (José María Granados, Ideal).

    El concepto ecológico debe impregnarlo todo. No cabe ninguna interpretación de la realidad, sin el concepto ecológico. Y eso es lo importante, que a pesar de las sombras y silencios, la realidad no pase desapercibida, no pueda estar oculta impunemente. Con mejor o peor fortuna, para eso estamos los periodistas. 

    (Publicado en ‘IDEAL-Almería’, jueves 26 defebrero, 2009, página 24) 

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