Pelo de cerdo para descontaminar aguas

El grupo de investigación FQM-383 de la Universidad de Córdoba ha sintetizado un nuevo catalizador químico para limpiar aguas que contienen contaminantes orgánicos a partir del pelo del cerdo, un desecho al que a lo largo de los últimos años se le está tratando de dar diferentes usos. Se trata de un residuo que se cuenta por toneladas y que, en grandes explotaciones porcinas genera contaminación debido a que no existe ningún tipo de gestión del mismo. Con este nuevo uso podría solventarse, parcialmente, este problema medioambiental. 

Concretamente, el pelo del cerdo se utiliza como fuente natural de azufre para diseñar el catalizador, al que se le acopla cloruro de cobre como precursor metálico del material fotoactivo. Como resultado de esta suma se obtiene sulfuro de cobre, Cu2S, un material que puede utilizarse para limpiar contaminantes orgánicos del agua. Tal y como explica uno de los autores del estudio, el investigador Rafael Luque, este es solo uno de los usos que podría darse al vello de este animal. “Utilizando otro metal distinto en la reacción”, señala, “se han desarrollado otros sulfuros metálicos diferentes para otras aplicaciones en (foto)catálisis y para la producción de hidrógeno”. 

El hallazgo se enmarca dentro del proyecto COSMIC, una red europea en la que participa la Universidad de Córdoba y que investiga el uso de fuentes de energías alternativas que mejoren la producción en reacciones químicas. Concretamente, el proyecto se centra en el empleo de técnicas de ultrasonidos y microondas, esta última utilizada en este caso concreto para calentar y descomponer el pelo del cerdo a partir del cual se genera azufre.

Frente a los métodos clásicos de activación y calentamiento usados en las reacciones químicas, los ultrasonidos y las microondas permiten una mayor eficiencia en las reacciones químicas. En el caso de las microondas, por ejemplo, el calentamiento es más rápido, homogéneo y localizado, ya que se produce directamente sobre el seno de la disolución para después expandirse a las paredes del recipiente, por lo que requiere menos energía, tiempo y coste. 

El objetivo de COSMIC pasa por investigar y avanzar en el uso de estas dos fuentes de energía alternativas, todavía incipientes en Europa en el campo de la química. “La capacidad de transformar diferentes residuos en sustancias químicas y productos está bastante poco desarrollada”, señala el líder del proyecto en la UCO. En tan sólo 10 años, la Unión Europea ha perdido los primeros puestos en ventas de compuestos químicos, en favor de Asia y el Cercano Oriente. Tan solo desde 2005 a 2015, la participación de la UE en el mercado mundial de estos productos ha descendido del 28,2% al 14,7%, por lo que el desarrollo de tecnologías competitivas se ha instaurado como una necesidad si se quiere mantener una posición competitiva de la industria química europea en la economía global. 

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